Cada cierto tiempo te tropiezas en la red un vídeo de esos que te deja pensando y con ciertas sensaciones especiales en el estomago. Algo así me ha pasado con el vídeo que os traigo a continuación. Aunque se trata de un cortometraje promocional de Yamaha, en él se reflejan unas cuantas situaciones que estoy seguro que más de uno de nosotros hemos vivido en carne propia. Y aunque los diálogos están en japones y no hay subtítulos disponibles creo que se entiende bastante ben lo que habla cada uno de los personajes.
Valga como adelanto que el vídeo trata de un padre y una hija que se han distanciado con el tiempo hasta que un día ella descubre una moto en el garaje y esta sirve de punto de reunión entre ambos. Vale, puede pareceros algo muy edulcorado, pero la situación es extrapolable a prácticamente cualquiera que haya vivido en una casa motera.
La primera situación que vemos es tan tópica como que si quieres conducir una moto clásica, lo primero que tienes que aprender es a arrancarla. Y si no eres capaz necesitas averiguar qué es lo que puede fallar para solucionarlo. Aunque en este caso el mecánico experimentado es el padre, este le echa una mano a su hija y ese momento mágico es el que parece romper el hielo. De ahí a los juegos mientras lavan las motos y rodar juntos cada uno en su moto sólo hay un paso.
La vida te da sorpresas, que decía Rubén Blades, pero que te den la sorpresa de encontrarte a alguien muy cercano interesándose por tu propio modo de vida debe ser excepcionalmente satisfactorio.
Vía | Ottonero En Motorpasión Moto | ¿Qué hace la gente para vivir? Soñar...