La normativa Euro 4 significó el fin de una era de motos pasionales como la Suzuki GSX-R1300 Hayabusa pero desde entonces hemos seguido viendo preparaciones de todo tipo para romper récords de velocidad, algo que casa muy bien con una montura que en su época podía alcanzar los 300 km/h.
Las últimas unidades de la sport-turismo estuvieron en el mercado hasta 2018, cuando se acabaron los dos años de moratoria de la norma restrictiva de emisiones, un problema que no tendría la preparación que vemos acelerando en la prueba del cuarto de milla. Así es como esta Hayabusa eléctrica se pone a la altura de los tiempos de un Bugatti Chiron.
Apenas necesita 10 segundos y acelera por encima de los 320 km/h
Muchos son los que echan de menos motos como la mítica Hayabusa, que en realidad no hace tanto que abandonó el mercado. Fue una de las víctimas de las normas anticontaminación europeas pero pocos olvidan a esta montura con propulsor tetracilíndrico de 1.340 cc, capaz de rendir cerca de los 200 CV.
Precisamente esa potencia es muy similar a la de la preparación con motor eléctrico que vemos en el vídeo enfrentándose a la carrera contra el cronómetro conocida como el 'cuarto de milla', con la línea de meta situada a 402 metros de la salida.
En este caso, la 'Busa libre de emisiones no compite contra ningún otro vehículo pero marca unos tiempos dignos de un superdeportivo como el Bugatti Chiron. Es decir, que iguala prácticamente la cifra de un coche (que lo hace en 9,9 segundos) con un bloque W16 de ocho litros, cuatro turbos y un rendimiento de 1.500 CV.
La unidad de la japonesa dispone de una par de infarto, incluso para ser una moto eléctrica, lo que provoca que en uno de los intentos el piloto prácticamente no consiga mantener la rueda delantera en el suelo durante los primeros metros. Eso no le impide marcar un tiempo de 10.056 segundos y poner al conjunto de 164 kg de peso a 322 km/h.
A los nostálgicos de la Hayabusa puede que no les guste ver a la japonesa con un motor alejado de la esencia de esta montura nipona pero desde luego el mérito que tiene es algo indudable.
En Motorpasión Moto | Probamos la KTM 1290 Super Duke R: la bestia de 180 CV gana en control, pero mantiene todo su carácter