La imagen de Honda en Superbikes está, literalmente, por los suelos. La fábrica japonesa lleva camino de firmar la peor temporada del siglo XXI y, ronda tras ronda, parece que no tengan ninguna intención de cambiarlo. Es cierto que en 2003 consiguieron tan sólo un puñado de puntos –31– pero también es cierto que Honda se desentendió oficialmente aquel año del campeonato dejando sólo a unos pocos wildcars que corrieron sin ningún tipo de ayuda de la marca. Sin embargo, en 2011, el laureado equipo Ten Kate, con un sponsor principal que emana victoria de sus colores, participa de forma activa.
Cuando a principios de año presentábamos el Castrol Honda lo hacíamos contagiados de la euforia que nos transmitía un equipo que, ahora, parece que se centró tanto en la imagen que se olvidó de la competición. Honda es ya el último clasificado de los constructores.
Jonathan Rea, uno de los diamantes en bruto del motociclismo británico, admirado por miles de personas en su país y seguido por otras tantas fuera de él, encaró el 2011 como una temporada más en la que debía dejar salir todo su potencial para, por fin, hacerse con el título de Campeón del Mundo. Pero se topó con la cruda realidad, una moto de 2008 que ha sido abandonada a su suerte y que cuenta únicamente con cierto apoyo de la sección europea de la marca. Puede que Ten Kate tenga en su haber uno de las mejores selecciones de técnicos del campeonato pero cuando los cimientos fallan, la estructura al completo se tambalea. El problema no es que los resultados sean pésimos, el problema es que se convierta en un peligro para los pilotos.
Como ocurriera con la máquina que montaron en el equipo WCM-Harris, la CBR1000RR está varios escalones por debajo de las motos punteras de la parrilla. Su electrónica es deficiente, sufren problemas de chattering y no han conseguido adaptarse a los neumáticos traídos por Pirelli esta temporada. Esto provoca que sus pilotos encuentren el límite de la montura mucho antes de lo que quisieran y que para seguir el ritmo de un piloto de cabeza haya que arriesgar demasiado. Porque a veces un par de décimas, que además no te permiten ser competitivo, no merecen la pena si el precio es un hueso roto. Que se lo digan a Rea…
Ahora, quizás, nos empiece a extrañar menos las numerosas caídas de sus dos pilotos. Era sencillo decir que Rubén Xaus estaba acabado, que simplemente estaba arrastrándose por la parrilla etc… algo que ya hicieron algunos con Toni Elías, pero resulta que Rea, piloto número uno y aspirante al título, sólo ha sido capaz de dar la cara en Assen, la cuna de las pruebas de su equipo. En Misano, donde se lesionó, Rea tenía el décimo-quinto mejor tiempo, en Miller el décimo-tercero… y normalmente no pudo pasar de la segunda fila. No se considere esto la escusa de Xaus para tan mal año pues Rea ha demostrado que se puede hacer más y mejor –aunque Rea es quien conoce la moto–.
Este fin de semana, en la primera carrera, Xaus sufrió una caída más que fea de la que no han encontrado mayor explicación pues el piloto no hizo nada raro –según declaraciones de Rubén y Ronald–. Alex Lowes, un piloto que es talento desde los pies a la cabeza, estaba a un segundo del ritmo del catalán pero tras hacer un buen trabajo asegurando en la primera, quiso buscar el límite a la CBR, y lo encontró. Esperaba que Lowes mostrara el verdadero nivel al que se encuentra la Honda CBR1000RR y desde luego que lo ha hecho.
En su defensa diré también que el equipo holandés no puede hacer frente al poderío de Aprilia o Yamaha que tienen a toda una fábrica detrás. Pero Ducati, con el material de 2010, está plantando cara hasta la llegada de la nueva SBK mientras que Honda se hunde a la espera del rumoreado V4. ¿Tomará cartas en el asunto? ¿Cómo es posible que dominen en MotoGP mientras dan la espalda a SBK? Eso, habría que preguntárselo a la gente de HRC.
Fotos vía | Castrol Honda