El pasado domingo 9 de Mayo acudí ilusionado al Circuito de Monteblanco, en Huelva, a ver la primera prueba del Campeonato de Andalucía de Velocidad. A pesar de haber pasado un buen día viendo las carreras y disfrutando del ambiente, volví a mi casa con un poquito de desilusión por algunas cosas vistas.
Lo primero que me llamó la atención es la escasa afluencia de público. Esto se podría entender si la entrada fuese cara o si el circuito estuviese muy alejado de algún núcleo urbano. Pero en este caso la entrada es gratuita y el trazado se encuentra a poco más de media hora de Sevilla, que precisamente no es un pueblo pequeñito. ¿A qué se debe? Supongo que existen muchas respuestas pero sin duda una es la escasa repercusión mediática y publicidad que se le dan a estos campeonatos. De hecho se supone que Canal Sur le iba a dar cobertura al CAV pero yo no vi ninguna cámara.
Sé de buena tinta que este año la nueva directiva del campeonato prometía muchos cambios y parecía que se volvía a tener ilusión por hacer las cosas bien. Por ejemplo, se habían creado nuevas categorías, aunque Naked 600/1000 finalmente se tuvo que anular porque creo que solo había un piloto inscrito. En la categoría de 125 GP la cosa no mejoró mucho más. Resulta de lo más extraño ver una parrilla con tan solo cuatro motos.
Pero no me dio la impresión de que se hicieran las cosas del todo bien. Tras presenciar unas carreras entretenidas y con unas parrillas bien nutridas de pilotos, sobre todo las de Supersport/Moto2 y 550Trail/550Carenadas, llegamos a la categoría máxima del campeonato, Extreme/StockExtreme. Lo que allí vimos todos los presentes me pareció de traca.
A partir de la segunda o tercera vuelta la moto del piloto que iba en primer lugar comenzó a soltar un sospechoso humo blanco, y si te fijabas bien se veía como salpicaba aceite. Creo que todo aficionado con un poco de sentido común hubiese visto normal que se le sacase la bandera negra con el punto naranja a ese piloto para que se retirase. Ya tiene bastante peligro nuestro deporte como para permitir que los pilotos se la jueguen aún más.
Finalmente continuó y fue el vencedor de la prueba. Nada que objetar al piloto o a su equipo, al contrario, les felicito. Pero sí a la organización. El segundo clasificado llegó con la visera del casco, el carenado y el guardabarros totalmente bañados en aceite. ¿Creéis que esto es seguro? Yo pienso que no y menos mal que no tuvimos que lamentar ninguna desgracia. Lo grave es que los comisarios avisaron varias veces de la posible existencia de aceite en la pista, incluso llegaron a tener la bandera negra preparada para mostrársela al piloto, y no recibieron ninguna instrucción de la dirección de carrera.
Realmente me pareció muy poco profesional y hay que serlo mucho cuando la integridad de las personas está en juego. Con este tipo de conductas se hace un flaco favor a estos campeonatos regionales ya que, entre otras cosas, se consigue que no resulten atractivos ni a pilotos ni a patrocinadores.
En fin, quiero que quede claro que esta reflexión es una opinión personal. Muchos lo entenderéis como una simple crítica, pero mi intención es que sea una crítica constructiva. Los aficionados y sobre todo los apasionados de este deporte que se dejan el sueldo en estas competiciones, merecen una organización y una asistencia de público a la altura de su ilusión.
El próximo fin de semana del 29-30 de Mayo tendrá lugar la segunda prueba del CAV en el Circuito de Guadix. Os animo a que echéis un bocata en la mochila y vengáis a pasar un buen día de carreras, cercanas al aficionado y en las que podrás ver la ilusión que gastan los pilotos y su gente. Intentemos entre todos con nuestra asistencia animar los campeonatos regionales, intentar que dejen de estar olvidados ya que son la auténtica cantera de nuestro motociclismo y donde muchos veteranos cumplen su sueño de competir por amor al deporte.