Hay una expresión que dice así: "Go big or go home", que expresa el deseo de ir "a lo grande, o (mejor) vete a casa". Y muchos se lo toman al pie de la letra, también en el mundo de los motores y la diversión. El ejemplo más claro, el de hoy.
Se llama Sokol, y es un ATV o quad ruso que es, literalmente, el ATV de producción más grande del mundo. Y lo mejor de todo es que cualquiera puede comprarlo e importarlo, aunque su practicidad sea prácticamente nula.
16.000 euros cuesta el Kawasaki H2R de los quads
Es un quad que cuesta 16.000 euros. Esta bestia parda es tan grande que si mides menos de 1.80, ni las piernas ni los brazos te darán para apoyarlas cómodamente. Es enorme, tan enorme como que es el quad de producción más grande de todo el planeta. Es algo así como la Kawasaki H2R de los ATV.
Sus medidas son mastodónticas: 2.90 metros de longitud, 1.70 metros de altura y 2 metros de anchura. Como un tanque ruso con ruedas. 798,32 kilos de mole que necesitan el motor de un Toyota para poder moverse; eso sí, si lo vuelvas, olvídate de volver a circular con él.
El motor es un cuatro cilindros de 1.5 litros de Toyota, que rinde 110 CV de potencia. Su transmisión es automática y su velocidad máxima está cifrada en 85 kilómetros por hora.
Incluso se puede personalizar hasta los topes en su página web: ejes de grado militar UAZ con diferenciales blocantes, puños calefactables, portaequipajes, un cabrestante, un parabrisas, un remolque todoterreno y más.
Así que a alguien le ha dado por comprarlo, y no, no es ruso. En este caso unos 'youtubers' americanos han importado uno a Estados Unidos a través de un vendedor de Facebook. Aunque el vendedor no parecía muy fiable, acabó llegando a la granja donde viven para poder probarlo. Y el vídeo asusta.
Entre el precio de importaciones, y los extras que le metieron, el Sokol se quedó en un precio final de 40.000 dólares. Y eso es un precio muy alto, aunque ya solo en espectadores, lo habrán rentabilizado (2.5 millones de visitas).
Esta bestia es capaz de remolcar otros seis ATV mientras dan gas; dar saltos si no pesara casi una tonelada y hasta hacer circuitos a toda mecha sin comprometer su estabilidad. Un quad normal, a su lado, parece de juguete. Aunque, ¿realmente alguien estaría dispuesto a gastarse 40.000 euros en él si no fuese para un vídeo de YouTube?