Motos eléctricas y Dakar no han ido (casi) nunca de la mano. A pesar de que las motos eléctricas llevan ya un tiempo en el mercado, su aventura dakariana ha sido testimonial. De hecho, puede que alguno se acuerde de Tacita, una marca italiana de motos eléctricas que se atrevió a meterse en el Dakar en 2020.
No sabemos cómo fue la experiencia porque no hay registros sobre su llegada a meta. Sin embargo, cuatro años después de aquella aventura, volveremos a ver una moto eléctrica en el Dakar. Y su aspecto es tan rocambolesco como futurista.
Utilizarán energía solar e hidrógeno hasta en el campamento base del Dakar
La primera noticia sobre Tacita saltó en 2018, cuando anunciaron su participación en el Rally Dakar como marca eléctrica. Bombazo. Sin embargo, no hemos podido encontrar ningún registro sobre el resultado final. Lo único que sabemos es que desaparecieron de la escena competitiva hasta este 2023.
Los italianos intentarán demostrar otra vez que se puede competir a lo grande con una moto eléctrica, o no. Es el segundo intento en el Rally Dakar, y para intentar aguantar en semejante y agotador desafío han presentado su equipo llamado Tacita Fórmula Corsa.
Con él competirán en la categoría Dakar Future - Mission 1000. Su nombre ya nos da un indicio: en ella corren todos los motores que no sean de combustión. Vamos, motores de hidrógeno, eléctricos o híbridos. Por ejemplo, en ella correrá el 'buggy' de hidrógeno HySE, con motor de la Kawasaki H2 y fabricado conjuntamente por Honda, Kawasaki, Yamaha y Suzuki.
A falta de una, buenas son dos motos eléctricas, que son con las que el equipo contará para competir. Tacita Discanto es el nombre de la moto que intentará llegar hasta el final del árido paraje del 5 al 19 de enero. Y su aspecto visual es bastante llamativo o futurista, muy distinta de la moto que presentaron en 2020.
Su apariencia es rara y extravagante. Llama la atención por un gigantesco carenado delantero que se extiende más allá de la horquilla, y un extraño carenado muy lineal y afilado.
Pero destaca por más, porque es una moto eléctrica con caja de cambios de cinco velocidades y un sistema de baterías intercambiables que permite cambiarla rápidamente durante las pausas de combustible. Pesa 180 kilos, alcanza los 150 km/h y tiene un sistema que gestiona el rendimiento y eficiencia de las baterías. ¿Prometedora? Ya lo veremos.
Como extra para completar un Dakar "sin ruido y sin CO2" los italianos tendrán una estación de paneles solares, generadores eólicos y energía de hidrógeno para impulsar sus operaciones, incluida la carga de las baterías. Será interesante ver cómo gestionarán la competición sin gasolina.