En los últimos tiempos estamos viendo un enorme despliegue por parte de Polaris y las marcas que viven bajo el paraguas del consorcio canadiense. Por un lado vemos a Victory compitiendo en la Isla de Man y en Pikes Peak con dos motos completamente distintas. Por otro lado hemos conocido la Indian Black Bullet Scout que tomará parte en las pruebas de Bonneville, si finalmente se celebran, a principios de agoto. Y no hace nada leíamos en Cycle News que Indian también está planeando volver a los óvalos de Dirt Track para desafiar a cualquier otra marca norteamericana en su propio terreno.
¿Se traduce todo esto en más ventas? Pues sin tener los datos en la mano es difícil afirmar algo así, pero si que podemos asegurar que hacía tiempo que nadie desplegaba tanta actividad pública para promocionar sus productos ni sus marcas comerciales.
Como prueba podemos ver un vídeo a continuación en el que se demuestra el poderío de Victory. ¿Cómo? Pues metiendo en una pista de aceleración una buena representación de las motos de la marca que están participando en diferentes eventos a lo largo y ancho de Estados Unidos y la Victory eléctrica que tan buen papel hizo en el Zero TT hace unas semanas.
El resultado es que la Victory eléctrica defiende sus prestaciones con mucha dignidad. Aunque en la cita hay algo de "trampa" ya que no gana el que sea más rápido, sino el que sea capaz de hacer todas las carreras en un tiempo lo más parecido posible. Ahí la moto eléctrica tiene cierta ventaja sobre las "normales" porque sus prestaciones prácticamente no varían al no depender ni de combustible, ni necesitar ajustar la relación estequiométrica de la alimentación, ni agotar un embrague que no tiene.
Para los más curiosos, la Victory eléctrica se asemeja mucho a las Brammo Empulse, y es porque Polaris compró la compañía de motos eléctricas el pasado invierno y están utilizando toda su tecnología. Aunque la Victory eléctrica utiliza un pack de baterías más potente que la moto de calle y un motor más grande que le permite alcanzar los 150 cv en condiciones extremas.
Así le es relativamente fácil llegar a los 228,929 km/h en la ronda más rápida (10,613 segundos) y 227,271 km/h en la ronda más lenta (10,741 segundos). Lo que no está nada mal para una moto eléctrica que no está pensada para este tipo de competiciones. Porque el monstruo NHRA Pro Stock con su motor de dos litros y 330 cv es capaz de marcar 288,297 km/h que "sólo" son casi 60 km/h más que la humilde eléctrica.
Vía | Motorcycle.com
Vídeo vía Youtube | Motorcycle.com
Foto vía | Visctory Motorcycles