Silence ha presentado recientemente y de forma oficial su moto eléctrica S01, la primera que está destinada para los usuarios particulares. Este scooter sigue el camino de sus hermanas S02 y S03, creadas para las empresas de reparto y de motosharing.
Junto con la presentación de la S01, esta empresa española también ha dado a conocer su intercambiador de baterías, el primero que existe en España y que está ubicado en la nueva tienda que también han inaugurado esta semana en Barcelona.
Silence vende sus motos, pero las baterías son de alquiler
La situación del mercado y las necesidades prácticas lo estaban pidiendo a gritos: un intercambiador de baterías para los vehículos eléctricos. Una solución práctica y necesaria que cubre, en parte, la necesidad de aumentar la autonomía de las motos eléctricas, uno de los talones de Aquiles del transporte electrificado actual.
Este armario tiene espacio para que hasta cuatro usuarios puedan cambiar sus baterías al mismo tiempo. Está ubicado en la tienda que han abierto los de Silence en la esquina de la Avenida Diagonal con la calle Muntaner en la ciudad de Barcelona.
El objetivo de este intercambiador en palabras de Carlos Sotelo, CEO y fundador de Silence, es "terminar con las barreras de los puntos de carga", que son una solución si nos falta batería, pero que no es práctica si nos encontramos ocupada la plaza por otro vehículo. Además, otro punto fundamental es que con el armario podremos evitarnos perder el tiempo hasta que la batería está cargada.
Esto no tendría sentido si Silence solo tuviese el intercambiador de baterías de su tienda. Su idea va a ser instalar otros en algunas gasolineras Repsol (con el que se ha asociado) de la ciudad, aunque de momento no especifican cuándo empezarán a instalarlos.
Este servicio lo podrán utilizar tanto los usuarios de las motos particulares S01, como las motos de flotas que usan las S02 o S03. El Ayuntamiento de Barcelona, Just Eat y Correos son algunas de las empresas que ya utilizan estas motos.
Para que todo este proyecto se lleve a cabo, la compañía ha optado por vender sus motos, pero alquilando sus baterías. Esto, según Silence, implica que el coste del vehículo cuando lo compramos es menor y, además, permite a los usuarios "contar siempre con una batería cargada y en óptimas condiciones, localizable a través de la aplicación".
No obstante, además del intercambiador, el usuario siempre tiene la opción de extraer la batería de la moto gracias a que tiene unas ruedas que permite llevarla como si fuese una maleta de viaje.
Es una iniciativa bastante loable por parte de Silence, que ofrece a sus usuarios una idea que hasta ahora no existía en España. Y parece que funciona: nos viene a la mente la red de intercambiadores de baterías que tiene Gogoro en Taiwán, donde tiene más de 1.000 puestos y cuya infraestructura ha servido para convencer a Yamaha para que saque la EC-05, su primera moto eléctrica, allí.