Los radares pueden llegar a desquiciar a más de uno. ¿La solución? Respetar la velocidad. Sin embargo, no todos parecen comulgar con esa idea. Por ejemplo, este motorista que decidió tomarse la justicia por su mano.
Con su deportiva se saltaba diariamente el radar de velocidad, mientras enseñaba hacía la peineta a los policías mientras pasaba a toda velocidad por delante de la cámara. Y no es que tapase la matrícula; le daba igual. Hasta que un buen día los agentes prepararon una táctica para pillarle con las manos en la masa.
Ahora se le acusa de varios delitos contra la seguridad del tráfico
La noticia tiene lugar en la ciudad inglesa de Royal Tunbridge Wells. En uno de los puntos del lugar hay un radar de velocidad con un límite máximo de 50 km/h. El protagonista es un motorista que cada día acude al trabajo en una moto deportiva.
Pues ni corto ni perezoso, se salta a la torera el radar de velocidad, pero por si no fuese suficiente, saca el dedo corazón a los policías por delante de la cámara mientras pasa a toda velocidad. Se llegó a saltar el límite de velocidad hasta en seis ocasiones, acompañando a la temeridad de gestos groseros en cada ocasión.
Naturalmente las denuncias fueron llegando, y enfadaron a los policías que las tomaban. Así que decidieron tenderle una trampa en un día de patrulla: esconderse en un coche camuflado pocos metros después del radar para pillar al motorista in fraganti.
Hace unas semanas los policías se pusieron en modo incógnito con un coche camuflado y esperaron pacientemente al motorista, que no tardó en llegar. Solo 15 minutos después de estarle esperando, por allí apareció. Y efectivamente procedió con su grosero modus operandi habitual.
Los policías le acabaron dando el alto, y por si fuera poco, descubrieron que no tenía carnet de conducir ni tampoco seguro. Ahora se tiene que sentar en el juzgado acusado de varios delitos de tráfico.
La situación no hizo demasiada gracia al inspector jefe Craig West, jefe de la policía de tráfico de la ciudad: "Los límites de velocidad y los radares se han establecido para proteger a los ciudadanos y no deben tratarse como un juego. En algunos casos como este son llevados a los tribunales", señaló.