A Harley-Davidson no le gustan los juegos. El fabricante de motocicletas más grande y famoso de los Estados Unidos se ha convertido en el último en abandonar las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (políticas DEI) en mitad de una tormenta social de presión.
La empresa con sede en Milwaukee ya no tiene objetivos para acercarse a las minorías y planea abandonar la capacitación con motivación social para centrarse en el comercio de las motos. Porque ya lo dice su lema: "United We Ride" (unidos montamos en moto).
No a las políticas DEI, sí al "United We Ride"
Los norteamericanos han dado un giro de 180 grados a su estrategia social después de una avalancha de comentarios en redes sociales en los que tildaban a H-D de formar parte del movimiento "woke".
Para quienes no lo sepan, "woke" es un término que se traduce como "despierto" y que supone conciencia y sensibilización sobre las injusticias sociales, especialmente en temas de racismo y desigualdad, y actuar en consecuencia para promover el cambio. En Estados Unidos, este movimiento se asocia a políticas progresistas.
Pues Harley ya no aplicará ese conjunto de políticas que les definían como "woke", o políticas DEI (diversidad, equidad, inclusión). La marca con sede en Milwaukee emitió un comunicado en 'X' (formalmente Twitter) explicando su postura al respecto. Y decían:
"Durante más de 120 años, Harley-Davidson ha acercado la alegría del motociclismo a los motociclistas de todo el mundo, sin importar quiénes sean, de dónde vengan o en qué crean. Tenemos un principio rector: United We Ride. Define cómo manejamos nuestro negocio, tratamos a nuestra gente y subraya nuestro compromiso de dar la bienvenida a todos".
Continuaban: "Nos entristece la negatividad que se ha manifestado en las redes sociales durante las últimas semanas, diseñada para dividir a la comunidad Harley-Davidson. Como empresa, nos tomamos este asunto muy en serio y es nuestra responsabilidad responder con claridad, acción y hechos".
Harley fue atacada por el activista anti-DEI Starbuck, quien les acusó de adoptar “la agenda progresista de la extrema izquierda”. En un correo enviado al personal, la empresa argumentó que empezó a revisar todas las "actividades de participación y divulgación” a principios de este año.
La campaña anti-DEI de Starbuck se ha convertido en un pararrayos político que refleja las divisiones políticas de Estados Unidos, y ante el previsible triunfo de Donald Trump, muchas empresas están reculando, señalan medios nacionales. "Es hora de deshacerse de estas políticas y recuperar un sentido de neutralidad y cordura en las corporaciones estadounidenses", denunció Starbuck a Bloomberg.
De hecho, y según reporta The Guardian, las acciones de Harley-Davidson han subido un 5% desde que Starbuck comenzó su campaña en julio.
Otros como Eric Bloem, el presidente de la Campaña de Derechos Humanos, rechazan el giro de timón de Harley: "Con casi el 30% de la generación Z identificándose como LGBTQ+ y con una comunidad con un poder adquisitivo de 1,4 billones de dólares, alejarse de estos principios socava tanto la confianza de los consumidores como el éxito de los empleados", denunció.