Algunas de las grandes ciudades del mundo ya se han plantado contra los patinetes eléctricos. Mientras en Toronto ya están prohibidos, París estudia un plan para erradicar de forma permanente a los de alquiler de las calles de la ciudad.
Desde el consistorio de la ciudad ponen de manifiesto los severos problemas que está causando la proliferación de nuevas empresas que disponen patinetes de alquiler que, a la postre, argumentan, no son sostenibles y cuentan con una alta tasa de siniestralidad.
Muchos siniestros y poca sostenibilidad: los argumentos de París para prohibir los patinetes
El alquiler por minutos de los patinetes de alquiler ha supuesto una revolución en las grandes urbes a todos los niveles. Una medida bien acogida por los usuarios, pero no por sus gobernantes, que poco a poco empiezan a mostrar la parte negativa del asunto.
La última en hacerlo ha sido París. La capital gala se está planteando seriamente su prohibición bajo el pretexto de los altos niveles de siniestralidad, pues 24 personas murieron solo en 2021 en accidentes de estos aparatos en la ciudad francesa, y se registraron hasta 337 accidentes hasta la fecha.
También argumentan que “no son tan ecológicos” por su corta vida útil. Y es que, según diversos estudios, un patinete eléctrico tiene una vida aproximada de dos meses, mientras que la de uno privado es de dos años. El coste ambiental es bastante caro, teniendo en cuenta la huella de carbono que producen al fabricar más unidades, transportarlas, reemplazar las viejas…
En París la cifra total de patinetes eléctricos se estima en más de 15.000, y como es natural, las empresas de alquiler ya han mostrado su disconformidad con la posible medida que, de llegar, será en febrero de 2023, fecha límite fijada por el consistorio para tomar la decisión final sobre la legislación.
Lime, Dott y Tier son las tres principales empresas que operan en la ciudad, y entre las tres, acumulan más de 1,2 millones de usuarios anuales. Las concesiones de renovación serán precisamente en 2023, la fecha límite. Se quejan de que esas cifras no son a causa de sus patinetes, sino de los de uso privado.
Las cifras ofrecidas por el ayuntamiento parisino son claras: más de la mitad de los siniestros de patinetes eléctricos en la ciudad se atribuyeron a un mal uso y a saltarse la normativa.
Siguiendo los pasos de Lyon o el caso de Toronto: no quieren patinetes eléctricos en calles, aceras ni caminos
En Lyon, por ejemplo, ya han prohibido el uso de patinetes de alquiler a menores de 18 años. El pionero en privar su uso más claro es el de la ciudad de Toronto, en Canadá. El ayuntamiento de la ciudad, con unanimidad absoluta, votó a favor de prohibir los e-scooters en las calles públicas, carriles para bicicletas, aceras y caminos, senderos y espacios públicos en general.
Fue una decisión meditada, basando el trabajo en una extensa investigación con el “feedback” de la comunidad (negocios, residentes…), argumentando los diversos problemas que acarreaba su uso, relacionados principalmente con la seguridad, seguros, responsabilidades civiles y penales o el cumplimiento de la normativa fueron las principales causas.