España no es el único lugar del mundo donde los operarios en carretera corren peligro. En Australia la situación es parecida, e incluso insostenible para el gobierno nacional. Así que han decidido poner radares en las obras, cosa que también sucede en España.
Sin embargo, su sistema es mucho más rudimentario, y hasta curioso. En vez de disponer de pequeñas cajitas como en España (muchas de ellas vacías), han utilizado material existente para readaptar la idea. Y es de lo más bizarro.
Para los conductores parece fácilmente reconocible, pero qué va
Situaciones desesperadas, medidas desesperadas, dicen muchos. Es lo que han hecho los australianos, que ante el incesante número de operarios de carretera que sufren accidentes y corren peligro, han tenido que tomar cartas en el asunto.
¿Y cual es la mejor manera para obligar a los conductores a reducir la velocidad? Con el miedo. Con radares. Eso es universal, aquí en España, en la China y hasta en Australia.
Sus radares son portables, pero lo curioso del asunto es que no se parecen a nada que hayamos visto antes. El gobierno pensó que era buena idea readaptar viejas máquinas sin uso en radares. Así que vaciaron algunas de ellas, metieron un radar en el interior y las colocaron un panel solar para funcionar. Y no necesitan nada más.
Ahora los pueden ir moviendo fácilmente por todo el estado, y situarlas en zonas de obras para que capten a los conductores más veloces en las zonas de obra. Además, pueden ponerlas en cualquier parte, ya que algunas de ellas tienen hasta orugas que se mueven fácilmente.
Otros son simples remolques con el sistema de radar. Lo dejan en un determinado lugar, y la luz solar hace el resto. La única 'pega' es que necesitan ser calibradas antes de entrar en funcionamiento.
Para los conductores parece fácilmente reconocible, pero qué va. La idea del gobierno australiano tiene mucho sentido, porque han camuflado los radares en herramientas de trabajo como las excavadores, por lo que a muchos les lleva a la confusión, y caen en la trampa del radar.