A este jubilado le regalaron el motor V12 de un Lamborghini, y se le ocurrió crear la moto más bizarra de la historia

A este jubilado le regalaron el motor V12 de un Lamborghini, y se le ocurrió crear la moto más bizarra de la historia
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Hay historias curiosas, y luego está la de hoy. Es el summum de la personalización de motos, elevado al cuadrado. Y se resume muy bien en una frase: esto es lo que pasa cuando le metes a una moto el propulsor V12 de un Lamborghini.

La historia de Bikeit no tiene desperdicio. Y por supuesto, el protagonista tenía que ser un norteamericano. Asunción que damos como buena porque allí, las leyes de homologación son bastante más laxas que las de aquí, y eso nos permite conocer este tipo de curiosos aparatos.

350 CV de potencia escondidos bajo una moto hecha a mano

La gran pregunta es si un motor V12 puede caber en una motocicleta. Y la respuesta es que sí. Este tipo de propulsor es conocido por muchos como el santo grial de los motores por su sonido, prestaciones y falta de vibraciones. Una disposición exitosa pero extraña, muy extraña de ver en una moto.

Chuck Beck es el protagonista de esta curiosa historia. De la noche a la mañana se encontró con un curioso regalo: un motor V12 que provenía de un Lamborghini Espada de hace diez años. Pero claro, no sabía qué hacer con él. "¿Y si se lo meto a una moto?", pensó.

Pensó y actuó. Beck decidió que era buena idea construir una moto con ese motor, aunque el reto sería mayúsculo, pero tenía experiencia. Y no poca precisamente, porque todo está hecho por él artesanalmente: chasis, subchasis, sillín, carenados... Absolutamente todo.

Chuck 2 2024

También es cierto que tomó prestadas piezas de otras motos donantes. Por ejemplo, las ruedas y los frenos provienen de una Kawasaki Ninja ZX-9R del año 2000. Y así fue tomando forma... Una forma muy particular. Tiene hasta dos radiadores situados en la parte trasera y en los laterales para poder refrigerar semejante mole.

El depósito es extremadamente largo, pero el manillar no está al final. Para evitar una posición incómoda, el yanqui lo dispuso cerca de la posición del asiento del motorista, mientras que el depósito y la parte frontal está bastante alejada.

También tuvo que utilizar otra caja de cambios, y no la del Lamborghini. En su lugar, equipó una de tres velocidades de un Volkswagen Escarabajo para manejar los 350 CV de fuerza que tiene bajo el asiento esta bestia.

Verla en marcha impresiona. No por lo grande y larga que es, sino por ese particular sonido de un V12 al retorcer el mango de gas. Circular con ella es todo un reto, así que más que para eso, la utiliza para viajar de

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