Si la moto que se ha proclamado por tercera vez consecutiva Campeona del Mundo de Superbikes en manos de Jonathan Rea es un pepino con todas las letras, a los de Akashi no les ha debido parecer suficiente y ahora lanzan la Kawasaki ZX-10R SE, una versión aún más radical.
Dispuesta a hacer sentir como nunca antes en circuito, la ZX-10R SE incorpora algunas novedades de equipamiento que la convierten en una moto deportiva de ensueño. Para conseguirlo la electrónica ha sido una vez más la gran estrella invitada, con gadgets dignos de la más alta competición.
KECS: Control Electrónico de Suspensión
En el modelo normal nos encontramos con unas suspensiones pata negra, en el RR su puesta a punto va un paso más allá, pero es que en la SE se incorpora el nuevo Control Electrónico de Suspensión KECS con sensores de carreras y solenoides que ajustan su comportamiento en función de los datos recogidos por el sistema.
La estrecha colaboración entre la centralita electrónica y la plataforma de medición inercial IMU da como resultado tres modos de conducción (carretera, circuito o manual) con los que las suspensiones se comportarán de un modo específico, variando sus reglajes en milisegundos.
Los ajustes sobre las suspensiones de ambos ejes se realizan de manera constante, adaptándose a la superficie del asfalto y al estilo de pilotaje al que este estemos sometiendo a la moto. El resultado es una conducción mucho más precisa en cualquier circunstancia, más cómoda cuando no vamos al ataque y un incremento notable en la confianza gracias a la simbiosis entre Showa y Kawasaki.
Además de las novedades 2.0, los cambios también afectan a la parte ciclo, incluyendo unas llantas ligeras de aluminio forjado Marchesini de siete radios con acabado mecanizado, cambio semiautomático (bidireccional sólo con el kit de competición) y una decoración específica.