Con la aprobación a mediados del mes pasado del nuevo Reglamento de Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil quedo suprimida la obligación de llevar el recibo del seguro siempre que se circule. Gracias al principio de que el ciudadano no tenga que presentar documentación que ya se encuentre en poder de las Administraciones Públicas, la responsabilidad de comprobar que el vehículo esté asegurado recae en los agentes, que deberán comprobarlo en el Fichero Informativo de Vehículos Asegurados (FIVA).
¿Sorprendidos? Es curioso la poca publicidad que se ha dado a esta norma que beneficia a los conductores frente a la Administración. En un sondeo improvisado a una veintena de motoristas, ni uno solo conocía la norma. Aún más, muchos no se lo han creído al comentarles el hecho. ¡Vaya con el escepticismo!
Cambiar comportamientos arraigados cuesta mucho. Y ya es tradicional la fórmula "el carnet de conducir, los papeles de la moto y el recibo del seguro" cuando nos para algún agente. Solamente en el año 2007 se impusieron 160.000 denuncias por no llevar encima el recibo del seguro. Dado que la sanción era de 60 euros, representa la nada despreciable cifra de algo más de 9,5 millones de euros. En un solo año.
Parece que a la Dirección General de Tráfico no le ha hecho demasiada gracia este nuevo derecho de los conductores a poder circular sin tener que llevar encima el recibo del seguro. En la nota de prensa donde lo hacen público, se acompaña de otras informaciones intimidatorias (las sanciones por circular sin seguro, los vehículos capaces de la comprobación automática y la insolidaridad de no tener seguro) y finaliza con una de sus apreciadas contradicciones: "Con esta nueva medida se suprime la infracción por no llevar el justificante, aunque desde la DGT se recomienda adjuntarlo al resto de la documentación obligatoria del vehículo". O sea, que ahora que no es obligatorio, ha pasado a ser recomendado.
Lo que yo voy a imprimir para adjuntar a la documentación obligatoria de mi moto es la nota de prensa de la propia DGT en la que reconoce que ya no es obligatorio. Por precaución. No sea que algún agente despistado no conozca la nueva situación. Por aquello de los años y la costumbre.