Cuando el panorama de la moto lo dominaban los ingleses, este tipo de motos eran lo máximo a lo que podía aspirar cualquier aficionado con algo de dinero. BSA era una marca puntera y fabricaba motos deseadas por medio mundo. El otro medio suspiraba por BMW y/o por Harley Davidson. Hace algo mas de un mes que os hablé sobre la historia de esta marca. Ahora tenemos la oportunidad de ver una de sus motos en marcha y apreciar algunas de las peculiaridades de su mecánica, como la primera marcha extra larga que le permite alcanzar las 60 millas por hora (96,56 Km/h) Sin duda la BSA Gold Star es una de las motos legendarias de principios del siglo XX.
La otra moto que aparece en el vídeo es la que fue considerada como la mejor moto de carreras hasta casi llegados los años setenta. La Norton Manx con chasis Featherbed. El modelo empezó a fabricarse en 1947, como heredera de la Norton Internacional de antes de la Segunda Guerra Mundial. En 1951 se incorporó el chasis Featherbed, que le daba una rigidez al conjunto desconocido en la época. En el vídeo podemos ver una explicación de cómo estaba hecho este chasis y compararlo con otro contemporáneo. Esta combinación la llevó a ser una de las motos mas laureadas de la historia de los grandes premios, y a ser la favorita de muchos pilotos privados por sus excepcionales prestaciones y su facilidad de manejo. El chasis Featherbed fue copiado hasta la saciedad y solo lo superó el invento llamado Chasis Deltabox ideado por un joven ingeniero español llamado Antonio Cobas.
Claro que la excepcionalidad de la Norton Manx radicaba en ser una moto de carreras. Si lo que querías era una moto para circular por la calle tenias que ponerte en manos de mecánicos particulares que eran capaz de aunar el mejor chasis de la época (Norton Feathebed) con el mejor motor disponible para una moto de calle el Triumph bicilíndrico de 650 cc de la Bonneville. La combinación resultó tan exitosa que todavía se sigue fabricando. Su nombre Tritón proviene de la contracción de Triumph y Norton, todo un alarde de imaginación.
Pero mientras los ingleses se entretenían mirándose su propio ombligo, en Japón apareció la que sería su sentencia de muerte, la Honda CB 750 Four. Ya hemos hablado bastante de esta moto en el blog, y a pesar de todo sigue siendo el punto de inflexión que marcó el desembarco de las motos tal y como las conocemos hoy. Fiables, fáciles de conducir, bonitas, con prestaciones y asequibles a casi todos los bolsillos. Existe una leyenda que dice que las fábrica de botas inglesas quebraron cuando los usuarios cambiaron sus motos británicas plagadas de fugas de aceite por brillantes motos japonesas que no perdían ni una gota de aceite. ¿Por qué? pues porque las botas aprovechaban en gran medida el aceite expulsado fuera del motor para mantenerse lubricadas e impermeables. Cierto o no, lo que si que es constatable es que todas las marcas inglesas cayeron en desgracia y solo ahora después de mucho tiempo y muchas inversiones han podido resurgir algunas.
Vía | Rocket Garage BSA-Norton Manx; Rocket Garage Triton-Honda CB 750