En la historia del motociclismo hay ciertas motos que van dejando huella. Entre ellas la Honda VFR750R más popularmente conocida por su código de fábrica, RC30. Una moto que es una auténtica oda a la competición y al buen hacer de los fabricantes japoneses en aquella época que buscaban la máxima competencia. La RC30 nació con un propósito: competir, pero al mismo tiempo ser una moto homologada para la calle y de edición limitada.
35 años después hay quien sigue soñando con ella como si Honda la hubiese presentado ayer. Y hay quien también tiene una cartera con unos cuantos billetes para pujar por ella. Iconic Motorbikes tenía un modelo único y exclusivo a la venta hasta ahora con tan solo 685 km en el cuentakilómetros... Y se la han llevado por un precio que supera los 30.000 euros.
La Honda RC30 Bol d'Or era una versión exclusiva para el mercado francés
En la década de los '80 Soichiro Honda quería sacar músculo de lo que eran las motos japonesas. Queremos decir, sacar más músculo todavía, porque un poco antes la Honda RVF750 fue todo un éxito en las carreteras de resistencia. Sin embargo, esa moto no podía entrar en el Mundial de Superbikes cuando se inauguró en el 1988.
Así que crearían una nueva superbike que no solo fuese apta para circuito, sino también homologada para calle y de edición limitada: nuestra protagonista de hoy. El departamento de competición de Honda se puso manos a la obra sin escatimar en gastos, y de aquello nació la Honda VFR750R, más conocida en el resto del mundo como la RC30, una de las primeras superbikes de verdad.
Los japoneses dotaron a esta RC30 de un motor V4 de 748 cc dispuesto a 90º, refrigeración líquida, cuatro válvulas por cilindro, levas en cabeza dobles accionadas por engranajes... Y fue la primera moto con bielas de titanio, además de pistones forjados de dos anillos, una relación de compresión de 11,0:1 y un orden de encendido Big Bang.
El orden de encendido Big Bang era algo que los nipones hicieron para diferenciarse de los demás. Para ello modificaron el calado del cigüeñal, de tal manera que los cuatro cilindros no tenían el orden de encendido habitual, sino que provocaba explosiones de forma irregular, cada 66º de vuelta de cigüeñal, como lo haría un motor de un solo cilindro. Se supone que eso suavizaba la entrega de potencia y desgastaba menos los neumáticos al quitar trabajo a las suspensiones.
Seis velocidades, embrague deslizante y un propulsor que rendía 118 CV a 11.000 rpm para un peso en seco de 180 kg. Como dato diferenciador del resto de motos, era capaz de llegar a 130 km/h holgadamente en primera marcha, el tope lo tenía en los 240 km/h.
No se escatimó ni solo yen japonés en dotar a la RC30 de una buena parte ciclo: suspensiones Showa ajustables con horquilla telescópica de 43 mm delante y monoamortiguador detrás, frenada Nissin... Tal fue el reclamo de esta moto entre los coleccionistas que Honda tuvo que sacar kits oficiales de recambios en 2020 por la gran demanda de piezas.
Esta edición en concreto es la RC30 Bol d'Or, un modelo exclusivo del mercado francés que no era más que un homenaje a la carrera de las 24 horas del Mundial de Resistencia. Destaca del resto de modelos por tener pegatinas Bol d'Or por todo el carenado y un chasis ligeramente modificado fundido en el mismo molde que la RC30 estándar. Incluso la página guarda el comunicado de prensa original de lanzamiento del modelo francés.
Como puedes ver, hay hasta vídeo de cómo suena de la moto en venta. Para este modelo que se ha subastado ayer mismo el cuentakilómetros solo marcaba 685 km. A pesar de ello la gente de Iconic Motorbike la hizo un mantenimiento completo, incluyendo cambio de aceite, retenes de la horquilla, colectores, válvula de combustible y hasta limpiaron y sincronizaron los carburadores, cadena... Estaba en perfecto estado de revista para hacerle kilómetros y terminarle el rodaje que algún día se quedó a medias.
El juez de la puja adjudicó la subasta a un comprador que ofreció 37.100 dólares, unos 34.000 euros al cambio. No es la Honda RC30 más cara que se ha vendido; a principios de 2022 apareció una unidad con menos kilómetros todavía: ¡tres! A menos kilómetros, más precio: esa unidad se acabó vendiendo por 56.000 euros por el famoso subastador Bonhams.