Los turbos están de moda, y el mundo de las preparaciones cada vez está más loco. Los customizadores saben que si no hacen algo que destaque sobre el resto será muy difícil hacerse un hueco en el panorama, así que de vez en cuando nos encontramos con joyas tan peculiares como esta.
De la mano de Boxer Metal, un taller especializado en BMW creado por Chris Canterbury en California, nos llega esta BMW R100 del año 1980. ¿Su peculiaridad? Que a parte de la preparación estética tiene un doble turbo alimentando su motor.
Deprisa pero sin pausa, trabajando duro en siete semanas
Chris Canterbury y su mujer hicieron la mayor parte del trabajo en sólo siete semanas
Se acercaba el certamen One Moto Show en Portland, pero la moto que les hubiera gustado llevar estaba ya metida en un contenedor camino de Guatemala. Se habían quedado sin la moto que iban a presentar y se les estaba echando el tiempo encima. ¿Problema? Ninguno.
Con un plazo de siete semanas por delante, Chris se dispuso a crear una moto que fuera más allá de una simple show bike, quería hacer una moto especial. Una moto en la que plasmar algunas ideas que tenía en mente desde hace tiempo.
Lo primero que hizo Chris fue diseñar desde cero otro chasis completamente distinto, rígido, para cambiar radicalmente el aspecto de esta R100. Después buscó una moto donante, la despiezó por completo y sustituyó o reparó las piezas que estaban dañadas o que no servían. Lo siguiente fue chorrear el chasis con arena para dejarlo listo para la modificación.
En una moto cuya potencia se va a aumentar considerablemente era necesario reforzar el chasis, así que los tubos que lo forman crecieron en diámetro. Con la estructura reforzada se pasó a pintar el chasis y otras piezas con pintura en polvo.
Teniendo el bastidor de vuelta, empezó a diseñar un nuevo asiento monoplaza que quedase bien integrado, el resultado fue una base de metal con un mullido mínimo pero que deja un perfil tremendamente limpio, al mismo tiempo que integra el guardabarros trasero.
El resto de la carrocería está compuesto únicamente por el depósito de combustible pintado en dorado metalizado con detalles y logos en negro. En la parte inferior, allí donde no podrás mirar nunca, nos encontramos con dos relojes que complementan una instrumentación digital.
El interior del faro, donde se suporta el foco de leds, ha sido fabricado mediante impresión 3D para cuadrar a la perfección. El resultado es un faro que en el exterior conserva las líneas de un faro clásico con una parte interior que cuenta con la tecnología más moderna.
Trabajo de fontanería
Si ya es un reto adaptar un turbo a una moto convencional, meter un doble turbo (uno por cada cilindro) a una moto con más de 30 años os podéis imaginar que no ha sido tarea fácil. Pero era una idea a la que le llevaba dando vueltas en la cabeza de Chris desde hacía 15 años, y pensó que esta era la oportunidad apropiada para conseguirlo.
El motor recibe la suplementación de dos turbos T3 de origen Speed Daddy que cantan de lo lindo por cada uno de los laterales y soplan la mezcla con fuerza al interior de los dos cilindros del bóxer. Las líneas de admisión y escape han cambiado radicalmente y ahora queda a la vista un precioso entramado de tuberías.
En el apartado de parte ciclo, la horquilla delantera ha sido sustituida por otra de mayor calidad y el freno delantero se confía ahora a un disco de 320 milímetros. Las llantas son de radios en el eje delantero y una Lester Mag de siete palos en el trasero con pintura en dos tonos y adaptada para alojar un disco de freno (antes tambor) y una rueda de estilo aviación. Los semimanillares están fabricados a mano por Chris.
Como es de esperar, no hay datos de prestaciones ni de precio, y puede gustarte o no, pero hay que reconocer que este trabajo de Boxer Metal tiene mucho mérito. Y así se lo reconocieron con el Motorrad Award en el concurso de Portland.
Vía | Pipeburn