Tenemos que reconocer que cuando los fabricantes sacan motos nuevas se nos suele formar una sonrisa y hacia nuestros adentros estamos pensando: "Qué bien que tenemos juguete nuevo para probar". Lo mismo nos pasa cuando vemos algún vehículo eléctrico y este es uno de esos casos.
Cuando abrimos la página web de DryCycle para ver en qué consistía la bicicleta eléctrica de cuadro ruedas que ha creado una empresa británica nos sorprendió descubrir un vehículo con la tecnología justa, con más pinta de transporte tipo del que se subiría Mr.Bean en algún parque londinense y con un precio que invita a mirar hacia otro lado.
Un precio desorbitado para una bicicleta con motor eléctrico y cuatro ruedas
No, no es un coche. Aunque lo parezca por su carrocería, debajo esconde un asiento para una sola persona, algún que otro mando con joystick incluido, un claxon y un par de pedales que delatan que es una especie de bicicleta con cuatro ruedas.
Utiliza un motor eléctrico Shimano E8000 de asistencia al pedaleo con una potencia nominal de 250 W y un par motor de 80 Nm con el que alcanza los 25 km/h, el límite legal para este tipo de vehículos. Utiliza dos baterías de 500 Wh con las que puede recorrer una autonomía de hasta 48 kilómetros. También tiene otra batería de 270 wh que alimenta las luces, los manillares calefactados y otro tipo de conectores.
Pesa 120 kg y puede soportar hasta otros 120 kg entre el pasajero y la carga. Está hecho más que para la velocidad para disfrutar de un paseo y para ir de un punto A al B de una forma sostenible y ecológica, y de paso haciendo algo de ejercicio.
Tiene cuatro ruedas para que su estabilidad y seguridad sea mayor, además de para soportar mejor esos 120 kg más el extra de peso del piloto. Su diseño está pensado para aguantar mejor el clima británico donde es raro el día que no llueve. Por eso tiene una gran capota que se levanta con un mando. Con esa carrocería el piloto deberá estar un poco en forma ya que no tiene puertas, así que tendrá que salir de la bicicleta eléctrica de una forma poco ortodoxa.
Su chasis está hecho de aluminio y ha sido incluso probado en los test de choques contra coches para analizar cuál es su resistencia, algo que llama mucho la atención teniendo en cuenta que como concepto sigue siendo una bicicleta eléctrica aunque tenga ese aspecto 'enlatado'.
Por supuesto, incluye cinturón de seguridad y hasta 20 luces led para que no pase desapercibido quien conduzca este velocípedo tan cubista. Y, ya que estamos, la bicicleta tiene tiene marchas, incluido punto muerto (útil para temas de mantenimiento? y una marcha atrás.
Aunque a nivel legal es una bicicleta eléctrica, lo cierto es que lo que hay que desembolsar por esta máquina es como si comprásemos una BMW F 850 GS Adventure y nos sobrasen cerca de 4.000 euros porque su precio es de 17.497 euros más los costes de envío según el destino (recordamos que el origen es desde Gran Bretaña). Además hasta los primeros meses de 2020 no se harán las entregas si se solicita ahora.
Quizás demasiado caro y por el que no encontramos justificación tras leer sus prestaciones y su funcionalidad. Igual en Londres sí que pagarían por ir secos la mayoría del año y en bicicleta, pero en España dudamos de su éxito, aunque los caminos de los consumidores son inescrutables. Sí que es cierto que el esfuerzo puesto en la seguridad del ocupante es mucho, ¿pero tanto como para llegar a esa cifra?
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