BMW K 1600 GTL, prueba (conducción en autopista y pasajero)

BMW K 1600 GTL, prueba (conducción en autopista y pasajero)
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Llega el fin de semana y no hay nada mejor que organizar un largo viaje para pasar un par de días completos a lomos de la BMW K 1600 GTL mientras hacemos turismo por las carreteras castellanas. Como punto de origen el Sur de Madrid y como destino la frontera entre Salamanca y Ávila; entre medias un buen puñado de kilómetros en los que ni el fuerte viento lateral era capaz de impedir que siguiéramos el camino.

Estable como pocas, parece que ha nacido para mantener la línea sobre cualquier carretera, pero más aún en las de buen firme. Con una puesta a punto genial (como no podría ser de otra manera en una moto con éste fin) la BMW K 1600 GTL hace que te olvides de todo y sólo pienses en avanzar hasta que te canses de rodar con ella. Llegado ese punto ya estarás muy lejos de casa.

BMW K 1600 GTL: el placer de viajar

BMW K1600 GTL

Una vez organizada la ruta sabiendo a dónde nos vamos a dirigir comenzamos a preparar todo el material, para realizar la operación de carga la facilidad para quitar las maletas y subirlas a casa es un detalle a tener en cuenta. Sólo las falta tener ruedas y que las salga un asa para convertirlas en un trolley, tiempo al tiempo. Su estructura rígida y robusta da confianza, el interior es un tanto irregular en cuanto a formas, pero cabe de sobra un casco integral en cada una dejando hueco para más cosas.

Unas cintas elásticas que se unen en cruz al centro mantienen todo en su sitio por si nos sobra espacio, cosa que se agradece para que no vayan pegando bandazos durante el trayecto. Con la ropa de dos personas en la mitad de una maleta, la cámara de fotos y demás utensilios en la mitad de la otra, y una pequeña nevera con comida, una botella de agua de dos litros y dos mochilas en el baúl seguía sobrando sitio para que otras dos personas nos acompañasen, o para llevarnos al gato.

BMW K1600 GTL

Para disfrutar del placer de conducir la BMW K 1600 GTL a velocidad constante los pasos son sencillos: seleccionar el modo Comfort para las suspensiones, el modo Rain para el motor (así ahorramos combustible y el carácter es mucho más dulce) y activar el control de crucero en la piña izquierda. Con esos tres gestos sólo quedará regular eléctricamente la pantalla a través de un botón en la piña izquierda hasta la posición que más nos guste. Si la situamos en el extremo inferior el aire nos dará desde la mentonera del casco hacia arriba y si la pones en el extremo superior se sitúa casi vertical generando alguna turbulencia lateral y haciéndose muy incómodas las ráfagas de viento lateral.

Como todo en la vida, lo mejor son los términos medios, así que para mi estatura posición óptima era a dos tercios desde el mínimo para viajar con comodidad. La excelente protección aerodinámica es vital en una moto así, y respetando los límites de velocidad es tan incuestionable que oiremos a la perfección el equipo de sonido compuesto por dos altavoces a los lados del cuadro de mandos, y dos tweeters sobre ellos.

Yendo un poco más lejos de los límites la calidad del sonido se empieza a perder entre el vendaval y aparece un ligero punto débil: las manos y los antebrazos reciben todo el aire de forma directa, algo que se hubiera podido solucionar fácilmente con unos deflectores donde se sitúan los adornos cromados entre los carenados laterales y el carenado superior. Una medida que BMW ya tomó en otros modelos anteriores. salvo que abras los deflectores laterales que al ser escamoteables e integrarse a la perfección en el carenado ni siquiera me dí cuenta de que existían

BMW K1600 GTL

Volviendo a las suspensiones no se puede negar el trabajazo realizado en ésta BMW K 1600 GTL. Como os decía, con el modo Comfort seleccionado las irregularidades de la carretera pasan a ser simples apuntes puntuales en el cuaderno de bitácora. Los pequeños baches desaparecen, los grandes son gestionados con determinación sin meneos extraños que descoloquen el conjunto, y las grandes bañeras de las autopistas se convierten en el mecerse de un barco entre suave oleaje. La prueba habitual de zona bacheada de autopista siempre la realizo en un tramo especialmente rizado de la M50, allí cambié el modo de Sport a Rain y el continuo e incómodo traqueteo del primero se vuelve casi imperceptible con el cambio al segundo.

A velocidad constante da igual el modo que tengamos seleccionado para el motor, porque todos reaccionan con solvencia, suavidad y determinación a cualquier régimen, pero cuando el tráfico es denso y no podemos conectar el control de crucero el modo Rain nos hará menos estresante el trance hasta encontrar pista libre. El modo Dynamic es muy directo y rotundo, y el Road no tanto, pero con el Rain el carácter del motor es aterciopelado y seguiremos teniendo recursos más que suficientes para realizar adelantamientos.

BMW K 1600 GTL: un auténtico trono para el pasajero

BMW K1600 GTL

Creo que es difícil encontrar motos que sean mejores para el pasajero que ésta BMW K 1600 GTL (salvo que nos pongamos a compararla con su archienemiga). Es algo que a simple vista se percibe con la calidad de los materiales utilizados en el asiento y en el respaldo del baúl. No se han limitado a poner un poco de foam sobre el cofre, no, han hecho un auténtico butacón para que nuestro acompañante vaya descansado y ajeno a los sufrimientos habituales de una motocicleta.

Para subirse a bordo tendrá que levantar la pierna, no porque esté situado alto su puesto, sino porque el ancho asiento junto con las dos maletas generan una distancia considerable para salvarse. Una vez con las posaderas sobre su asiento los pies irán cómodamente a las plataformas en una postura relajada con los muslos en horizontal y las rodillas poco flexionadas, las maletas no interfieren para nada en la postura. Las asas para agarrarse son de un tamaño generoso y con una forma agradable, pero están situadas un tanto retrasadas y para que los codos no choquen con el respaldo del asiento habrá que llevarlos abiertos hacia fuera a merced del aire.

BMW K1600 GTL

Como podréis entender, con un asiento y un respaldo de tales dimensiones, en los viajes por autopista no hará falta que el pasajero vaya agarrado a las asas todo el rato. Es imposible que lo perdamos en un acelerón, y va lo suficientemente reclinado como para sujetarse con una mano en caso de frenada, así que si el acompañante se aburre se puede poner a hacer un sudoku.

Entre el piloto y el copiloto hay mucha distancia a lomos de la BMW K 1600 GTL y como la protección aerodinámica es buena pero no llega a ser un vehículo completamente carrozado hay corrientes de aire de las que no nos podemos deshacer. Con una sola persona no pasa, pero con dos ocupantes se genera un remolino entre ambos que en éste caso molesta más al piloto que al pasajero. Él va allí atrás, tranquilamente apoyado en su respaldo, mientras a nosotros nos empujará hacia delante. La solución es cambiar ligeramente nuestra postura, buscar una posición de la pantalla que lo mitigue o bajar un poco la velocidad.

BMW K 1600 GTL

En el catálogo de opciones de BMW existe un kit que consta de dos reposabrazos reclinables para el asiento del pasajero, pero lo veo completamente innecesario e injustificable salvo que lo pague de su bolsillo el que vaya a ser el pasajero habitual, sea extremadamente vago y/o tenga algún tipo de problema que le impida adoptar otra postura menos plebeya.

Aun siendo una moto muy cómoda, la K 1600 GTL pesa bastante y si vamos cargados hasta los topes como es el caso llegaremos a nuestro destino cansados, pero con otro tipo de cansancio, más psicológico que físico. Sólo echaría en falta ya para rizar el rizo un par de intercomunicadores para poder ir de charleta con el pasajero. Por supuesto que BMW lo tiene en catálogo, pero como os decía: a lo bueno nos acostumbramos pronto, y al final todo nos parece poco.

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