BMW HP4, prueba (características y curiosidades)

BMW HP4, prueba (características y curiosidades)
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Bienvenidos a una prueba de uno de los modelos más impactantes de éste año 2013. BMW Motorrad ha lanzado al mercado una moto capaz de medirse de tú a tú con verdaderos iconos del motociclismo moderno, la BMW HP4. Partiendo de un modelo relativamente joven, en comparación con sus competidoras provenientes del oriente y de otras marcas europeas con gran solera en esto de fabricar deportivas, se han lanzado a la piscina para diseñar una de las superbikes más hipervitaminadas de la década, bien acertada por el señor adaq por cierto.

La BMW S1000 RR, ya tiene su alter ego en ésta BMW HP4, convirtiendo una moto excepcional y fascinante en un arma de destrucción masiva, pero destrucción masiva de cronómetros. No nos vamos a detener mucho en hablar de las características principales de la S1000 RR, que ya sabréis cómo se las gasta, y vamos a hablar sobre los aditamentos que lleva ésta HP4.

BMW HP4: amor y odio a primera vista

BMW HP4

La BMW HP4 nació como respuesta a la ofensiva italiana con el ataque realizado por Ducati al mundo de las superdeportivas con su Panigale (modelo del que probamos su versión S - parte 1, 2, 3 y 4 -). Como si no fuera suficiente el modelo básico de la marca bávara, decidieron que era hora de aderezarlo con sal, pimienta, y un montón de lindezas nacidas en las cabezas de algunos de los mejores ingenieros.

Las siglas HP4 significan High Performance, por el departamento encargado de elaborar y afinar el conjunto, y el 4 viene del número de cilindros que componen el motor. Por cierto, motor que con 193 caballos de potencia no se ha visto apretado, sino que la mejoría viene de la dieta a la que la han sometido para reducir el peso hasta los 169kg en seco, además de la cantidad de tecnología que lleva encima éste avión de dos ruedas.

BMW HP4

Sensaciones encontradas son las que rondan la mente al mismo tiempo mientras contemplamos los detalles de la BMW HP4. Por un lado, pensando en lo fascinantes que son cada una de las piezas mecanizadas con metales nobles o el moldeado de la fibra de carbono y, por otro lado, saber que es una moto de la que no alcanzaremos a aprovechar ni el 50%.

Es como si fuera una mujer muy exigente a la que la gustan las prendas más caras y tiene un tren de vida completamente desorbitado. Pero como aquí somos unos profesionales, aunque nos toque bailar con la más fea salimos a la pista y damos la talla aunque seamos unos patosos.

BMW HP4: tecnología en movimiento

BMW HP4

Después de un trayecto nervioso pensando en lo que me esperaba llegamos a las instalaciones de BMW Motorrad en Madrid, un concesionario situado al borde de la A1 donde un pequeño aparcamiento privado sirvió para conocer a una de las motos más fascinantes que he podido ver a lo largo de mi poco extensa vida. La BMW HP4 me esperaba allí, en su propia plaza de aparcamiento entre coches, marcando una especie de campo de fuerza generado por el carisma que irradia. El nerviosismo no era infundado.

Más allá del porte que tiene la BMW HP4, lo que no podemos ver es si cabe más impresionante. Lo que más destaca en toda la tecnología implementada en ella es el desarrollo del DDC, o Dynamic Damping Control, que gestiona las suspensiones y las adapta a las exigencias de forma casi instantánea. Hace meses Morrillu explicó su funcionamiento, pasaros por el enlace para saber más sobre sus entresijos.

Además tenemos un sistema de control de tracción y ABS deportivo que se combinan a las mil maravillas y son configurables en los modos Rain, Sport y Race. Igual que en el modelo básico pero más afinado. A parte incluye el modo Slick, pero hay que hacer ciertas tareas que mejor nos expliquen en concesionario porque tienen su aquel.

BMW HP4

Bajando del reino del reino del ciberespacio y volviendo a lo mundano, la estética de la BMW HP4 no difiere de las S1000 RR salvo por los colores, teniendo la misma mirada asimétrica delantera y el faro trasero en el que puedes pinchar dos olivas. El cuadro de mandos no sufre modificaciones y el display que acompaña al cuentavueltas analógico se maneja desde las mismas piñas de mandos. En él tendremos la información justa y necesaria: temperatura del motor, marcha engranada, modo seleccionado, hora, y odómetro, además de un modo circuito donde tendremos la opción de usar un cronómetro manual.

La lectura del cuadro es perfecta en cualquier situación, con una iluminación que de día pasa desapercibida y no causa interferencias con la luz solar, y de noche no molesta y tiene un aspecto muy moderno y agradable con su tono blanco azulado. En la parte superior, por encima de un segundo grupo de testigos (están divididos tres arriba y tres abajo), tenemos un indicador de cambio de marcha y, ojito, la línea roja aparece por encima de las 14.000 revoluciones. Sólo de pensar en intentar ver encendido ese avisador ya me daban escalofríos.

BMW HP4

Entre tanta carrocería, electrónica y piezas varias, una pieza destaca sobre el resto. El basculante asimétrico terminado en aluminio pulido contrasta con el chasis pintado en negro, a parte de que es enorme, masivo y larguísimo. Impone un respeto tal que las marcas viales se apartan y hacen la ola a su paso (vale, no, es mentira pero era lo que mi mente se imaginaba). Por el lado derecho queda disimulado con la salida convencional del escape Akrapovic de titanio y carbono, pero el lado izquierdo está visualmente dominado por ésta escultura brillante y de poderosas nervaduras.

Con una rueda trasera de 200 milímetros de anchura (en tamaño va de la mano del basculante), un colín muy elevado y estilizado, y una carrocería muy compacta da la sensación de ser una moto pequeña, pero no lo es. Al contrario, la BMW HP4 me pareció una moto tirando a grande que al principio me recordaba a las motos de comienzos del milenio pero con una posición infinitamente más radical. Toda la moto va apuntando hacia la rueda delantera y ésta queda como enclaustrada dentro del conjunto.

BMW HP4: deportiva para sibaritas

BMW HP4

La estampa de la HP4 es sencillamente brutal y se la distingue de sus primas S1000 RR con un simple vistazo. La carrocería está decorada por los colores de guerra oficiales de BMW, una sencilla combinación en base blanco brillante con azul eléctrico y remates en negro muy llamativa y elegante a la par. Para remate, la parte inferior del carenado también es negra, pero no un negro cualquiera sino negro fibra de carbono, un material que encontraremos diseminado a lo largo y ancho de la moto.

La fibra de carbono la podemos ver además en las piezas laterales del depósito y diversas piezas de la carrocería, en las taloneras de las estriberas y el tirante de sujección, paracalor y parte del escape Akrapovic de titanio. Pero como los alemanes son muy suyos no sólo tiran de fibra de carbono, sino que también les gustan otros materiales nobles como el titanio y el magnesio, elementos que usan para aligerar peso por todas partes, incluidas las estriberas regulables, tapas del motor y manetas de embrague y freno. ¡No quiero ni pensar la factura por una caída tonta en parado!. Sobra decir que a parte de la composición química de los materiales empleados, el acabado de las piezas es de calidad gourmet.

BMW HP4

Los ingenieros de BMW siempre se lucen con diseños modernos y distintos al resto, y como no podía ser menos, han hecho lo mismo cuando se ha tratado de diseñar una deportiva bajo los cánones del convencionalismo. Me llama mucho la atención el diseño ultra anguloso de la carrocería con su asimetría (en el lado derecho donde debería haber una salida de aire hay unas branquias de tiburón), los deflectores aerodinámicos en los laterales del frontal, la prominente entrada de aire o la musculatura del depósito a base de piezas que se superponen.

Quizá una pega que se podría poner es la excesiva cantidad de tornillos que nos encontramos sujetando las piezas de la carrocería. Por ejemplo para la cúpula tendremos a la vista ocho tornillos, cuatro a cada lado. Ahora bien, la cúpula es otra pasada con bastante burbuja para protegernos del aire y un tintado muy oscuro.

Bueno, vamos a secarnos un poco las botas, que de tanto babear alrededor de la BMW HP4 al final nos vamos a caer, y no queremos tener una desgracia.

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