Hace año y medio ya que mi compañero Carlos nos trajo a un cabezabuque de libro. Pero de libro con los lomos bien gordos, de los que valen para calzar un coche mientras cambias una rueda o subirse a un altillo de esos que no alcanza ni Pau Gasol.
Por aquel entonces vimos cómo Don Cabezabuque tenía la gran idea de lucirse ante su manada de "stunt-riders" americanos de esos que disfrutan haciendo caballitos en vía pública. Hace un caballito y aterriza sobre un coche de policía. Ahora podemos ver, desde la propia cámara de su ilustísima cabezabuquez, toda la secuencia de forma subjetiva y disfrutar de la experiencia en primera persona.
Lo que podemos apreciar es que en un determinado momento un coche de policía camuflado decide intervenir al ver que la horda de cabezabuques se empieza a desmadrar, pero nuestro protagonista, no me explico cómo, no ve al coche de policía ni adelantarles a todos con los rotativos y las sirenas, ni detenerse justo delante suyo hasta que ya es demasiado tarde. De verdad, no lo entiendo por mucho que vaya mirando al Honda NSX Chevrolet Camaro.
Merecida se tiene la visita a los calabozos, pero nunca deja de sorprenderme la cantidad de veces que ésta subespecie es capaz de superarse en cuanto a cafradas se refiere.
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