Este año he vuelto a tener el privilegio de asistir a las carreras del Campeonato del Mundo de Superbikes celebradas en Portimao, y por si esto fuera poco, lo he vivido todo desde un punto de vista privilegiado, así que no puedo pedir más. Bueno sí, dividirme en varios faustitos para poder estar en todas partes al mismo tiempo. El caso es que sigo coleccionando momentos inolvidables para mí, y entre esos momentos sin duda merece una mención especial el campeonato del mundo de Kenan Sofuoglu conseguido ayer, que pude presenciar muy cerquita.
Poco voy a hablar aquí de lo que fue la carrera, que de eso ya se encargó más que bien mi compañero Carlos ayer. Eso sí, como todos sabéis Kenan quedó segundo, y eso le bastó para que la victoria de Jules Cluzel de nada sirviera. Así que, oliéndome (tampoco es que sea adivino) que el turco iba a cerrar en Portimao el campeonato de Supersport, decidí seguir la carrera al ritmo de su equipo, el Kawasaki Lorenzini, viviendo intensamente todo lo que pasa en el muro y en el box durante el transcurso de una carrera tan importante como esta.
Obviamente, como el resultado fue el esperado, todo eran caras sonrientes y muestras de simpatía y celebración, pero ya os digo que ni mucho menos se pudo ver el mismo ambiente durante el sábado en los entrenamientos, que el amigo Sofuoglu llegaba al box pegando algún que otro grito (recordemos que fue séptimo en parrilla). Pero vamos a olvidarnos de eso, porque la verdad es que fue una experiencia única para mí.
Es impresionante ver la tensión con la que se viven tan cruciales momentos, con todo el equipo mordiéndose las uñas, los chicos del muro apurando el tiempo para ver qué indicaban a Kenan, la novia al borde de un ataque de nervios (por cierto, no puede ser más guapa y hay esperanza, que tiene una hermana clavadita, jeje), y todo para estallar en una alegría inusitada que nos salpicó a los que estábamos allí.
Es imposible recoger en las imágenes todo lo que pude vivir allí, pero es la primera vez que presencio tan de cerca la consecución de un título mundial, así que os podéis imaginar que mi nivel de emoción era también bastante alto. Así que sólo me queda felicitar a Kenan Sofuoglu, que si bien a veces se le va un poco la cabecita, no se puede negar que es un pilotazo. ¡Enhorabuena Kenan!
Fotos | Fausto Beneroso En Motorpasión Moto | Superbikes Portimao 2012: Kenan Sofuoglu, Campeón del Mundo de Supersport por tercera vez