A todos los aquí presentes nos gustan las motos. A algunos nos gusta hablar con ellas, cuidarlas, darles los mimos que se merecen e incluso sentir una cierta relación de afecto por algo que no deja de ser un objeto inanimado. Emocionante sí, pero inanimado. Hasta ahí bien, todo dentro de la normalidad.
Pero esto que os vamos a contar podría pasar por una de esas noticias del 28 de diciembre o del April Fool's Day para los anglosajones. Según informan en Daily Mail, resulta que un personaje llamado Kevin Chapman, de 33 años, habría sido detenido por la policía británica en pleno centro de la ciudad de Kent al ser pillado en clara actitud amorosa con su Suzuki en la calle.
Mecanofilia, la excitación con máquinas
Sí, es lo que estás pensando. Chapman no estaba dando unos besos a su montura, sino que había pasado a la segunda base y con los pantalones por los tobillos, con todo el tema al aire, estaba consumando su pasión ¿correspondida? En su descargo hay que decir que el pobre Kevin estaba bajo bastante perjudicado después de haberse bebido medio Támesis.
Ahora, nuestro apasionado amigo motero deberá enfrentarse el 13 de junio a un juicio por cargos de mecanofilia, una conducta tipificada como delictiva y agravada por una serie de puñetazos y patadas que propinó a su moto (vale, no, no estaba siendo correspondido).
Chapman de momento se ha declarado inocente de todos los cargos, no recuerda lo ocurrido y afirma que fueron unos sin techo los que empujaron su moto.
¡Suerte Kevin! Estamos contigo