Ángeles de la guarda en moto: así son los Blood Bikers, 4.500 salvavidas voluntarios en busca de ayudar en los accidentes
En nuestro país encontramos muchas asociaciones de voluntarios de prácticamente cualquier tipo. Sin embargo, si cruzamos el charco (más bien el canal de la Mancha), nos encontramos con una atípica pero emocionante asociación: los moteros de la sangre, los Blood Bikers.
Su nombre, no en vano, hace una muy buena referencia a su trabajo: de mañana, de tarde o de noche, si te encuentras a una moto pintada en amarillo fluorescente y que pone 'Blood', mejor déjales paso porque llevan material médico de primera necesidad de un punto a otro. Salvar vidas e ir en moto son todo para ellos.
Casi 4.500 voluntarios que ruedan en moto para salvar vidas
Los Blood Bikers tienen ya varios años de vida y unos cuantos grupos repartidos por todo el Reino Unido. Cada vez son más, y ahora cumple 10 años uno de los más eficientes, el Lincolnshire Emergency Blood Bikes Service. Otros ya empezaron con la noble tarea de 'mensajero de la vida' en 1962.
En ese año Margaret Ryerson y su marido fundaron el Emergency Volunteer Service (EVS). Ellos daban las motos al sistema de sanidad para repartir elementos básicos, y poco a poco fueron contagiando a otros grupos de moteros para hacer lo mismo. Aunque esa misma asociación ya no está activa, en la actualidad existen 36 grupos, con 4.498 voluntarios y más de 162.000 servicios realizados para el NHS (sistema de salud británico).
Su trabajo es transportar de forma voluntaria todo tipo de material médico: desde bolsas de sangre hasta vacunas, incluso leche materna o pruebas médicas de un hospital a otro. Lo hacen en moto porque es la manera más rápida, pero no pueden superar la velocidad máxima de la vía, aunque desde hace unos años se les permite saltarse los semáforos mientras están en entrega de material para agilizar el proceso.
El término voluntario es estricto. Ninguno de los 36 grupos ni casi 4.500 miembros cobra una sola libra por el trabajo que hacen. Los 'Blood Bikers' lo hacen por amor al arte. Más bien por salvar vidas, que es a lo que se dedican estas asociaciones solidarias y sin ánimo de lucro.
Hacen guardias. Así que lo mismo pueden estar en la cama que les salta el aviso y tienen que enfundarse el mono amarillo y salir en moto a hacer una entrega. Sus horarios no son fáciles, porque cuando más intensifican sus horas de trabajo son los fines de semana y festivos. Durant el día hay suficiente abastecimiento de servicios de emergencia, pero no el resto de tiempo. Algunos de ellos hacen incluso guardias de 80 horas al mes a pesar de no ser empleados del NHS.
Tipos de motos te puedes encontrar las que quieras. Lo que más prima en el grupo son las motos de tipo touring. Desde BMW R1250RT pasando por modelos GS hasta alguna Yamaha FJR1300, y lo más surrealista... ¡Una mini moto!
También reparten con algunos coches, aunque no es lo habitual. Las condiciones climatológicas pueden ser un auténtico problema y el tiempo juega en contra en la gran isla, así que algunos de los grupos tienen helicópteros con los que recorrer el país.
Todos los vehículos están rotulados, aunque no pueden llevar sirenas, a pesar de ser considerados formalmente como un servicio de emergencia. En grande la palabra 'BLOOD' impresa en los vehículos para que quienes los vean llegar, abran paso. Carenadas en colores fluorescentes, también visten con uniformes del mismo color para ser vistos.
Viven prácticamente de la caridad. Hacen una labor importante, pero solo con las donaciones no podrían mantener motos, helicópteros, gasolina... Así que tienen diversas ayudas. Por ejemplo, desde 2018 en los presupuestos del gobierno nacional introdujeron la exención del Impuesto sobre el Consumo de Vehículos (VED) para sus motos y coches.
Según recoge la BBC, los voluntarios entregaron el 1,32% de todas las unidades de sangre trasladadas en 2015. Parece poco, pero equivale a 29.300 unidades de sangre. Un total de 2.500 envíos les cuesta a ellos 25.000 libras, pero ahorran al NHS un total de 12.000 libras.
Una historia para contar
Su labor salva vidas. Para ejemplo, la historia que Kydd, voluntaria británica de los 'Blood Bikers' cuenta a la BBC. "Una de mis primeras salidas urgentes fue para una entrega de plaquetas para el hospital de Maidstone", narra.
"Es un reto despertarse e intentar asimilar la información, pero en cuanto oyes la palabra 'urgente' te entra adrenalina y de repente estás muy alerta", decía la mujer, que lleva ya unos cuantos años sirviendo de voluntaria.
Cuenta que el paciente "estaba muy enfermo y lo necesitaba cuanto antes". Así que se levantó de la cama, se enfundó el mono y se dirigió de un hospital de Londres hasta las afueras.
100 kilómetros por delante que recorrió en unos minutos para salvar la vida "bajo una lluvia torrencial. Son todo un reto, porque la visibilidad se reduce y, en general, está todo mojado y horrible". Le acabó salvando la vida.