Cada vez que hay un salón de la automoción, las marcas presentan grandes y esperadas novedades. Aunque a veces también nos sorprenden con vehículos diferentes y futuristas.
Hace 124 años Škoda empezó fabricando bicicletas bajo la dirección de sus fundadores Laurin y Klement. Ahora rememora esa época en el Salón de Ginebra, que se celebra del 7 al 17 de marzo, presentando un prototipo de bicicleta eléctrica llamado Klement.
Con frenada regenerativa y ABS
Por el diseño de las imágenes parece que Klement es un prototipo destinado para cazar, con su camuflaje integrado, pero no. Škoda refleja con este diseño de bicicleta eléctrica su concepto de movilidad urbana.
Integrado en el interior del buje de la rueda trasera, la Škoda Klement cuenta con un motor eléctrico que entrega una potencia de 4 kW (unos 5 CV) con el que puede alcanzar una velocidad máxima de 45 km/h.
Tiene dos baterías de iones, cada una con 52 células, con una capacidad total de 1.250 Wh lo que permite una autonomía de 62 kilómetros. Las baterías se extraen y se pueden cargar en un enchufe doméstico (el fabricante checo no especifica en cuánto tiempo cargan al 100%).
Es una bicicleta, y tiene pedales, pero no como los de una bicicleta tradicional; su funcionamiento es más como el de una moto. Para acelerar hay que accionar los pedales pivotantes que tiene. Si el usuario inclina el peso hacia delante, la bicicleta acelera y para frenar hay que hacer el proceso contrario, inclinarse hacia atrás y accionar los pedales en sentido contrario.
Su chasis es de aluminio. Las suspensiones de las ruedas utilizan brazos oscilantes, según indica Škoda, aunque nosotros no apreciamos en el chasis rígido ninguno de estos elementos. Para frenar al ciclista y a los 25 kg que suma la bicicleta utiliza un freno hidráulico delantero con ABS. En la rueda trasera la frenada es regenerativa. Sin dar detalles, explica que utilizará en una versión de serie unos neumáticos especialmente silenciosos para circular por la ciudad.
Tiene luces LED en el faro delantero (con opción de luz diurna incluida), luz de freno e intermitentes integrados en los pedales.
En el manillar tiene un soporte para smartphones con carga inductiva. Algunas aplicaciones que Škoda ofrece son: la función Coming Home (se activan las luces y se apagan tras un tiempo cuando usamos la bicicleta), la llamada de emergencia automática, el diagnóstico y mantenimiento remoto. Los propietarios también pueden programar un área restringida con geofencing (permite saber cuándo una persona está cerca de la bicicleta).
El objetivo de la marca es dar a conocer otro tipo de movilidad a clientes jóvenes que tengan una sensibilidad medioambiental y que quieran ir al trabajo de una forma diferente al coche.