Cuando pensamos en minimotos nos vienen a la cabeza los motores de dos tiempos, su sonido inconfundible y el olor a gasolina. Es algo que va obligadamente unido a este tipo de vehículos.
Sin embargo en ArianeTech Ingeniería se pusieron como reto darle la vuelva a la tortilla y crear un modelo que nos rompiese los esquemas y que estuviese acorde con los tiempos que corren. Dicho y hecho, han presentado recientemente la K2Re, una minimoto eléctrica de carreras que poco tiene que envidiar por prestaciones a las de gasolina.
Incluye hasta GPS para controlar los tiempos
La K2Re tiene un motor eléctrico que entrega una potencia máxima de 5 kW (6,8 CV). Según sus creadores se asemeja a la que tienen sus competidoras de gasolina. Ahora bien, al ser eléctrica su par motor lo tiene desde las 0 rpm y es mayor que las de combustión interna.
Esta minideportiva eléctrica es capaz de superar los 70 km/h, una cifra que les basta y les sobra a los pilotos para los que está destinada esta moto, que deben estar en una franja de edad entre los tres y los diez años de edad.
Como si de una MotoGP en miniatura se tratase, incluye un controlador del motor que permite configurar el tacto del acelerador, la regeneración de la frenada, la velocidad máxima y la potencia. La batería incluye un sistema de gestión BMS de última generación y, además, es extraíble.
En la parte ciclo, esta bestia de las carreras en versión liliputiense tiene un bastidor multitubular de acero. Sus desarrolladores han estudiado sus geometrías hasta el milímetro para que haya un equilibrio entre precisión, estabilidad y agilidad sea cual sea la pista a la que se enfrente.
El aluminio está presente tanto en el basculante como en el tren delantero y para detener a la pequeña bala utiliza unos frenos hidráulicos tanto en el eje delantero como en el trasero.
La Ariane K2Re pone la báscula en unos escasos 25 kg y permite adaptarse a las alturas de los pilotos al poder regularse en altura las estriberas al igual que las manetas que también pueden tener diferentes ajustes.
Hasta la mismísima Ducati Superleggera V4 se sorprendería con su velocímetro que también incluye un sistema de posicionamiento GPS que mide los tiempos por vuelta y los envía directamente a una aplicación para controlarlos desde un teléfono.
Los que han desarrollado esta moto creen que empezar por una moto eléctrica a aprender a pilotar es bueno porque tanto el mantenimiento como el coste de las piezas es menor. Ahora queda convencer a los pilotos más jóvenes (y a sus padres) de que prueben este tipo de motos. Lo que está claro es que las motos eléctricas desde hace tiempo se han asentado en nuestras vidas.
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