Había mucho morbo por ver el test de Valencia de MotoGP, y los ojos estaban especialmente puestos en qué iban a hacer los pilotos que habían cambiado de marca. Hasta siete corredores se bajaron de una moto el domingo en la carrera y se subieron a otra diferente el martes en el test, pero solo dos mejoraron su tiempo.
Raúl Fernández fue el piloto que fue más rápido en el test con su nueva moto respecto a la sesión de clasificación del sábado con la antigua. Sin embargo, aunque no mejoraron sus registros, hay otros dos grandes ganadores del test de Valencia: Miguel Oliveira y Álex Márquez. Y es que tener una moto italiana está de moda.
Pol Espargaró también fue más rápido en su regreso a KTM
Antes de empezar a hablar de cronómetros, hay que tener en cuenta que el test fue más lento que la clasificación. Luca Marini, el más rápido del martes, se quedó a cuatro décimas del tiempo que le valió a Jorge Martín para hacer la pole el sábado. Por lo tanto, era de esperar que ningún debutante de moto mejorase.
Sin embargo lo hicieron dos, uno de ellos Raúl Fernández. El piloto madrileño fue en el test tres décimas más rápido que en la clasificación, lo que significa que desde el primer día ya es capaz de sacarle más partido a la Aprilia que a una KTM con la que llevaba todo el año. Muy significativo. Eso sí, Fernández aún así acabó antepenúltimo el test.
El gran triunfador de la jornada ha hecho el mismo camino que Fernández. Se llama Miguel Oliveira, también ha pasado de KTM a Aprilia y en su primer día con los italianos acabó con el cuarto mejor tiempo, a tres décimas del más rápido. Solo fue una décima más lento que en la clasificación del sábado con una KTM con la que llevaba cuatro años.
La última cara sonriente en Valencia era la de Álex Márquez. Ya lo ha dicho su hermano, Marc Márquez, quien contaba que "en tres horas de viaje de Valencia a Madrid en coche no se le borró la sonrisa ni un segundo". No es para menos, Márquez ha pasado de una Honda a una Ducati y en su primer día ya se quedó a solo tres décimas de sí mismo.
Si bajarse de una Honda siempre es un alivio, subirse a ella es un suplicio. El que padecieron Joan Mir y Álex Rins, que de la dócil Suzuki pasaron a una Honda ingobernable que les dejó a siete décimas y 1,3 segundos respectivamente de los tiempos que ellos mismos hicieron el sábado en la clasificación. Para echarse a llorar.
Hubo otro piloto que también mejoró, aunque en su caso hay cierto truco. Se trata de Pol Espargaró, que pasó de la Honda a la GasGas y bajó dos décimas su registro. Aunque está claro que en su caso no ha hecho falta adaptación a su antigua KTM. Sí la va a necesitar Jack Miller, que fue nueve décimas más lento que con su Ducati en la clasificación.