La próxima temporada del Mundial de MotoGP va a ser muy interesante, pero no por lo que algunos pensáis. Seguramente la rivalidad vista en las últimas citas de la temporada 2015 se prolongue durante buena parte de la temporada 2016. Pero lo que se les escapa a muchos es que para 2016 todos los equipos utilizarán la misma electrónica y el suministrador de neumáticos será Michelín en lugar de Bridgestone. Dos cambios de esta importancia en la misma temporada es algo que no se había visto nunca.
Por suerte tenemos a gente como Matt Oxley que siguen el mundial muy de cerca y que son capaces de explicarnos detalles técnicos como nadie, y así podemos comprender mejor qué es lo que va a pasar la temporada que viene. Según este periodista la importancia vital en 2016 no va a ser el cambio de la electrónica. Bueno, será un cambio importante, pero no tan importante como el cambio de suministrador de los neumáticos.
En los test celebrados en Valencia nada más acabar la temporada fueron muchos los pilotos que acabaron por el suelo. Y fueron muchos los que se quejaron de la inconsistencia del neumático delantero de Michelín comparándolo con el de Bridgestone. ¿En qué se basa esta inconsistencia? La explicación nos la ofrece Mr. Oxley.
El problema parte de la diferente dureza del flanco (el lateral) del neumático entre ambas marcas. Cuando una MotoGP (y cualquier otra moto) llega a una frenada, el neumático delantero soporta una carga elevada. Su capacidad de deformación es lo que define el tamaño de la zona de contacto con el asfalto, el cómo varía esa zona de contacto es lo que “informa” al piloto de lo que está pasando en la rueda delantera y le proporciona la confianza necesaria para inclinar la moto hasta los 65º.
Según parece los Michelín cuentan con laterales menos rígidos que los Bridgestone, con lo que esa superficie de contacto varía mucho y no transmite la confianza a la que estaban acostumbrados hasta ahora los pilotos. Muchos pensamos leyendo esto, que la solución pasará por hacer unos neumáticos con el flanco más rígido y seguiremos disfrutando de esas tumbadas imposibles. Pero no va a ser así.
Y no va a ser así porque, siempre según Matt Oxley, Dorna quiere que las MotoGP pasen más lentas por las curvas. La explicación viene dada porque al pasar las motos por curva a velocidades cada vez más altas, obliga a que las escapatorias sean cada vez más amplias. Algo que no se puede conseguir en muchos de los circuitos denominados de la vieja escuela porque sencillamente no hay más espacio para poner grava y alejar las defensas.
Entonces, podemos sacar del calendario a esos circuitos que no dan la talla y problema solucionado. Pero con un calendario de 18 carreras es muy complicado encontrar circuitos de nueva factura que reúnan estas condiciones. Y algunos países ni siquiera cuentan con circuitos modernos como para andar pidiéndoles que construyan nuevos para seguir en el calendario de MotoGP.
La solución parece que está en conseguir que las MotoGP sean un poco más lentas trazando curvas y así seguiremos explotando esos circuitos que tanto gustan a los aficionados, pero que estaban convirtiéndose en un peligro para los pilotos. Y esta reducción de velocidades pasa por neumáticos que obliguen a inclinar un poco menos.
La solución a todo esto la conoceremos a lo largo de la temporada que viene. Porque si Michelín “obedece” las peticiones de Dorna veremos qué piloto es capaz de adaptarse más rápido a los nuevos neumáticos y sus sensaciones. Más allá de conocer qué marca es capaz de lidiar mejor con las limitaciones de la electrónica, aunque esto último me da que va a seguir siendo cosa de presupuesto que de habilidad del piloto.
Vía | Motor Sports
Fotos vía | MotoGP, Movistar Yamaha y Ducati Corse