MotoGP ha cambiado mucho en los últimos años. En 2022 ocurrió algo que tiempo atrás parecía imposible: Honda acabó en la última posición del mundial de marcas. Pero los hechos históricos parece que no acabaron en 2022, porque Yamaha va camino de acabar última en esta temporada 2023.
Con el podio de Marc Márquez en Japón, el piloto español logró que Honda saliese de la última posición en el mundial de marcas, algo que sin embargo no ha conseguido hacer con el Repsol Honda en el de equipos. Pero el caso es que ahora es Yamaha quien tiene todas las papeletas para ocupar el farolillo rojo de MotoGP.
Yamaha podría acabar un año sin ganar por primera vez desde 2003
Yamaha llevaba tiempo coqueteando con caer a los infiernos de MotoGP, y finalmente en Motegi se consumó. El podio de Márquez combinado con la décima posición de Fabio Quartararo, la mejor Yamaha, dio como resultado que la marca de Iwata va última en el mundial de MotoGP, algo sin precedentes.
Y es que en toda la era de MotoGP jamás Yamaha ha acabado en la última posición del mundial de marcas. De hecho, no ha estado ni cerca. Lo peor que ha obtenido Yamaha son tres terceros puestos en 2003, 2007 y 2018. Las otras 18 temporadas de MotoGP Yamaha siempre ha acabado entre los dos primeros. Hasta 2023.
Tras la pasada de Motegi, Honda le saca once puntos a Yamaha, y está claro que entre las dos japonesas se van a jugar el farolillo rojo. Incluso aunque Yamaha acabe por delante de Honda, seguirá siendo el peor resultado de la marca de Iwata en MotoGP: jamás han quedado peor que tercero, y esa posición ya es inaccesible, porque Aprilia les saca 109 puntos.
Además, Yamaha va camino de acabar la temporada sin ganar ni una sola carrera. Junto a KTM, es la única marca que todavía no ha ganado esta temporada, y la situación es especialmente dramática en el caso de los de Iwata: la última vez que Yamaha acabó una temporada de MotoGP sin ganar fue en 2003, justo el año antes de la llegada de Valentino Rossi.
"Este es nuestro potencial: la moto no tiene potencia, ni gira ni agarra, no tiene nada. No tenemos ningún plan para mejorar. La moto es la misma que hace tres años. Cambiamos, pero nunca vamos hacia adelante. Nos faltan tantas cosas que no podemos centrarnos en solo una", se lamentaba un dramático Quartararo en Japón.
La crisis de Honda se está llevando muchos titulares, pero la de Yamaha parece más profunda y estructural a nivel técnico y humano.