Quedan dos semanas para que se ponga en marcha la temporada 2022 de MotoGP y ya hay tensión en algunas parejas. La pretemporada de Sepang y Mandalika no ha sido demasiado positiva para Yamaha, ya que solo sirvió para confirmar lo que se había visto en los test de postemporada: que la Yamaha apenas ha evolucionado.
Una situación que no ha hecho ninguna gracia a Fabio Quartararo. El francés no se muerde la lengua a la hora de criticar a Yamaha y desde la fábrica empiezan a deslizar que podría estar teniendo conversaciones con otra fábrica. Quartararo acaba contrato a final de temporada y una renovación que parecía evidente se podría enturbiar.
Yamaha cree que Quartararo ha hablado con otras marcas
"Lo que es decepcionante es que con tanto tiempo para desarrollar el motor, no tenemos nada", decía Quartararo tras bajarse de la moto en los test de Mandalika. El campeón, visiblemente irritado, proseguía explicando que "no entiendo es que en cualquier pista, en promedio, siempre seamos 10 km/h más lentos".
Lo más curioso es que si en Mandalika se hubiese celebrado una carrera lo más probable es que la hubiese ganado Fabio Quartararo. El francés fue claramente el piloto con mejor ritmo de los test, y su compañero en Yamaha, Franco Morbidelli, también estuvo bastante bien clasificado en ritmo de carrera.
El caso es que las palabras de Quartararo empiezan a generar cierto nerviosismo en Yamaha, y Massimo Meregalli, el director deportivo, salió a decir que "sabemos que Fabio ha recibido ofertas, es normal, pero tenemos confianza y estamos haciendo todo lo posible para asegurarnos de que lo mantenemos durante los próximos dos años o más".
Hace dos años ya hubo una intentona frustrada de Ducati por hacerse con los servicios de Fabio Quartararo, mientras que en las últimas fechas con la marca con la que se ha relacionado al campeón es con Honda. En ambos casos, sería un cambio radical de un motor en línea a un V4. El estilo de Quartararo parece idóneo para Yamaha, pero hay tensión.
Sobre el asunto de la falta de evolución, Meregalli explica que "no hemos hecho una gran revolución. Como es costumbre en nuestra fábrica, mantuvimos nuestra base, solo introducimos actualizaciones, así no necesitamos perder tiempo ajustándola en cada circuito". El plan de Yamaha es empezar fuerte y luego administrar la ventaja.
De fondo lo que realmente contiene el ímpetu de Yamaha a la hora de mejorar ese motor es la experiencia de 2020. Aquel año Yamaha lo intentó y el resultado fue un aluvión de problemas de fiabilidad y una sanción que les hizo perder el mundial de marcas. El conservadurismo de momento prima en Yamaha.
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