Que Lewis Hamilton quiere un equipo de MotoGP no es nuevo. De hecho, hasta el propio Pit Peirer ha confirmado haber mantenido "conversaciones concretas" con el nuevo piloto de Ferrari para hacerse con un equipo privado, y que su vínculo con la marca de empresas Monster Energy no sería un obstáculo (teniendo en cuenta el patrocinio de Red Bull - KTM).
El caso es que Lewis Hamilton no llegará solo en esta apuesta. La Gazzetta dello Sport avanza que un pez gordo de la F1 será el as de Hamilton para no solo gestionar la supuesta compra, sino su puesta en activo mientras él sigue compitiendo en los coches.
Un abogado italiano que se dedica a la F1, el elegido por Hamilton para MotoGP
Hamilton quiere entrar a MotoGP como propietario de un equipo. Y parece que tiene la oportunidad ahora que KTM está en vacas flacas. La oferta no es ningún secreto, y hasta la propia marca naranja lo ha confirmado. Ahora la novedad no es esa, sino con quién trabajará Hamilton.
Su plan avanza viento en popa, y según el citado medio, Alessandro Alunni Bravi será la persona encargada de apoyar a Hamilton en el proyecto. Alunni Bravi no parece tener una conexión clara con el piloto británico, ni con el deporte de MotoGP, pero hay unos cuantos detalles que pueden servir para hacer cábalas.
El italiano es un abogado que ha sido director general del grupo de empresas Sauber, así como ha trabajado como representante del equipo Stake F1 Team desde 2023. Una buena mezcla de experiencia tanto dentro como fuera del paddock que pueden servir mucho a Hamilton.
Para qué, te preguntarás. Pues para tener a alguien de confianza que esté al tanto del equipo mientras él compite en la F1, en su nueva etapa como piloto de Ferrari.
De ser ciertos estos rumores, parece que Hamilton ya tiene bien avanzado su plan para hacerse con el equipo de MotoGP, habiendo designado incluso a una persona para ello. Sin embargo, todavía hay un escollo: tendrá que esperar a que se apruebe la compra de la serie por parte de Liberty Media.
Fue a mediados de diciembre cuando se inició oficialmente la investigación sobre el acuerdo, y ahora la pelota está en el tejado de la Comisión Europea, que ha abierto la segunda fase de una investigación para determinar si el acuerdo de 4.200 millones de dólares tendría o no un efecto de monopolio en las dos competiciones máximas del motor del mundo.