Cuando un manitas le echa un ojo a algo y se pone manos a la obra, se agradece ver cómo trabaja y cómo dedica todo su empeño y más cuando se ha centrado en el mundo de las motos. Ya nos han dejado maravillados en otras ocasiones cuando hemos visto cómo fabrican motos de juguete a escala, motos de ganchillo o motos de madera.
La manualidad que traemos hoy también va de una moto a escala, una custom. Está fabricada a partir de latas de refresco y otros elementos y, lo mejor de todo, es que tiene un motor eléctrico y ¡funciona!
Solo se necesita maña, paciencia y unas cuantas horas
Dos latas de refresco, tijeras, un motor DC, una batería de 9V, cables, un rotulador negro, cinta americana, pegamento, palos de madera y un par de tablas del mismo material, un soldador y bastante maña es todo lo que se necesita para fabricar esta pequeña moto que mide poco más de un palmo de una mano.
Envidia nos da ver cómo este manitas del canal de YouTube Million Gears va fabricando esta imitación de lo que podría ser algo parecido a una Harley-Davidson de muy pocos centímetros.
En el vídeo, que nos ha resultado hasta placentero verlo con el punto de ASMR que tiene, resulta muy didáctico ya que podemos ver cómo una persona va construyendo la moto partiendo desde cero, como si se tratase de una real. Por ejemplo, empieza con el chasis, que en este caso son un par de tablas de madera unidas con pegamento.
Luego pasa a unir las piezas que van a conseguir que se mueva el juguetito: Con un soldador une el switch con la pila de 9V y el motor de corriente continua. Utiliza los botes del refresco para fabricar de forma muy imaginativa las ruedas (con cinta americana negra que hace el trampantojo del neumático) y también el depósito de gasolina.
Unos palos de madera introducidos en el buje hacen las veces de basculante. La rueda trasera utiliza una goma elástica rosa como transmisión, que se une a través de poleas con el motor. Para simular un motor de combustión bicilíndrico el constructor recurre a varias lengüetas que se apilan como si fuese un solo bloque y hay que reconocer que dan bastante el pego. Todo lo demás ya es pegamento y paciencia para ir uniendo las piezas.
Para algunos será una pesadilla montarlo por la poca maña que tienen y para otros una forma de relajarse y dedicarle un tiempo para desconectar de su día a día. Nosotros somos más de los segundos. ¿Y tú?