Había una época en la que la moto que más ruido hacía era la que más se vendía. Una época en la que los diseños estaban a otra altura, y en la que cuantos más cilindros, mejor. Una época en la que no solo las motos se encendían a patada, sino también con un cartucho de escopeta, literalmente.
Y eso es lo que vamos a conocer hoy. El curioso método de encendido de algunas motos antiguas que se hacía introduciendo y explosionando un cartucho de escopeta, pero que en su interior tenía truco. Y no, no era peligroso.
Podrás ver una Harley-Davidson muy especial arrancando con un cartucho de escopeta
Puede que a algunos les sorprenda el hecho de que no haya que dar a un botón para encender una moto (quizá a los más jóvenes. Demasiado). De hecho, hace no tantos años, con los motores de dos tiempos, lo habitual era hacerlo de patada.
Pero a alguien se le ocurrió automatizar el proceso metiendo un cartucho de escopeta lleno de pólvora. Admitámoslo, la palanca no era lo más efectivo, rápido ni cómodo que existía; aunque la esencia es la que es, en sus días era una técnica que requería paciencia (tiempo) y fuerza. Y si algo fallaba, vuelve a intentarlo.
El funcionamiento de este tradicional sistema (el de patada) tenía un objetivo: dar el impulso necesario para girar el motor. De esta manera, la patada a la palanca generaba inercia que hacía que el motor superase la resistencia de la compresión y girase solo.
Los métodos y las técnicas van avanzando. Y con el objetivo de automatizar ese proceso, creía más fácil insertar un cartucho en vez de pegar una patada. Fue algo tan habitual que no solo se utilizó en motos, sino en todo tipo de maquinaria agrícola e incluso aeronáutica. Obviamente aquello quedó desfasado con el paso del tiempo, pero nunca es tarde para recordarlo.
La solución (como puedes ver) consistía en un cartucho de escopeta, pero con un matiz: en su interior no hay perdigones ni balas. Su único relleno era pólvora explosiva en mayor cantidad que un cartucho de escopeta normal. En concreto una mezcla de pólvora y fulminato de mercurio sin ningún tipo de proyectil.
Más conocido como arranque de escopeta o "shotgun starter", se empezó utilizando en motores de pistón de los aviones. Su funcionamiento era rápido y eficiente, pues solo había que meter el cartucho en una recámara y hacer fuerza mecánica para dinamitarlo.
Al hacer presión con una manivela manual y sin esfuerzo, la pólvora explotaba, generaba una inercia superior a la resistencia de compresión y automatizaba el proceso de la patada. Eso sucedía cuando una rosca impulsada por el pistón engranaba con el cigüeñal, haciéndolo girar. Evidentemente necesitabas muchos, muchísimos cartuchos de estos si querías utilizar la moto. Ese era su principal inconveniente.
Era raro verlo en motos, pero no imposible. Prácticamente todas las motos que lo equipaban eran Harley-Davidson Koslow. Su nombre viene de un piloto americano, Andrew Koslow. El campeón de 'hill climbing' preparó sus propio motor en la fábrica de Excelsior, y era esta maravilla de la que no existen muchas en el mundo.