El primer sidecar de la historia llegó en 1900. Era una moto unida a un carro con una sola rueda lateral y que contaba con una carrocería para proteger al pasajero. Aquello fue el precedente para otros tantos que vinieron después, pero que nunca cuajaron. Los sidecares nunca han llegado a funcionar.
El problema parece evidente: son peligrosos y tienen una falta de equilibrio por sus principios físicos. Por eso no han triunfado tanto como las motos. 100 años después, Honda tiene la posible clave para hacer de los sidecares un triunfo, aunque sean eléctricos.
Unos sensores son la clave del nuevo sistema en los sidecares de Honda
Es cierto que la invención del sidecar está en disputa. Hay quienes lo achacan al francés Jean Bertoux, que al parecer solicitó la patente en 1892, mientras que los ingleses dicen que son suyos y que en el 1900 Oakleigh Motor Company sacaron el suyo, el primero. La realidad es que no se sabe con certeza.
Lo que sí se sabe es que nunca han triunfado. Sin embargo, Honda parece querer enmendar un problema que se remonta a un siglo atrás, y que, hasta ahora, nadie ha sido capaz de solucionar: la falta de estabilidad y el peligro de llevar un sidecar.
Los japoneses han solicitado una patente este 2024 para un sidecar eléctrico. Al parecer, según revela Cycle World, este nuevo invento tendrá un motor eléctrico independiente y estará equipado con sensores de carga para mitigar los problemas que suelen asociarse a los sidecars de toda la vida, que prácticamente han desaparecido.
Quizá habría que entender cómo funciona un sidecar clásico para comprender cómo Honda quiere cambiar el enfoque. En los habituales, las ruedas de la moto siguen siendo las que impulsan todo el conjunto, pero en las curvas es realmente complicado maniobrar por la disposición asimétrica y la distribución del peso. Una moto se ha creado para inclinar; un sidecar no.
Honda no se ha vuelto loca. Su capacidad de negocio le impediría al fabricante japonés meterse en un meollo que nunca ha triunfado. ¿El truco? La solicitud de patente en la que se detalla el truco. Los soportes que unen el sidecar están modificados para incluir sensores de carga.
Estos sensores van conectados a una unidad de control dentro del sidecar, que es el mismo que impulsa el motor eléctrico que transmite la potencia a las ruedas. Entonces, la clave: cuando se acelere o derrape, los sensores entran en acción y envían señales a la unidad de control y, a su vez, al motor para contrarrestar las fuerzas que actúan sobre la rueda del sidecar.
Lo mismo en curvas o frenada, interviene de forma automática. En otras palabras, se compensará. En una curva a derechas, el sidecar frenará y desacelerará en las curvas a la derecha y acelerará en las curvas a la izquierda.