Pensar en otro tipo de neumáticos que no se pinchen o desinflen nos resulta difícil a día de hoy. Bicicletas, coches, motos, ciclomotores y prácticamente todo lo que se mueva por carretera tienen en común que utilizan neumáticos inflados por aire, cada uno con sus particularidades. Pero, ¿y si todo eso cambiase a partir de ahora?
Lo de las llantas indestructibles parece algo de ficción, pero la empresa SMART Tire Company se apuntó al programa de la NASA para crear unas irrompibles. Cuando lo anunciaron en 2020 pareció un invento más, pero dos años después y bajo el lema "reimaginar la rueda, reinventando el neumático", son realidad.
Una llanta sin aire, y que se utiliza en Marte
Uno de los problemas más habituales que todo vehículo con neumático tiene son los pinchazos y el desgaste habitual. Problemas cotidianos que todos tenemos interiorizados y con los que la NASA quiere terminar de una vez por todas.
¿Y por qué querría la NASA acabar con los neumáticos de toda la vida? En Marte encontramos la respuesta. Los Rover son los vehículos de cuatro ruedas con los que se mueven por el planeta más alejado del sol, y no se pueden permitir el lujo de un pinchazo. Aunque ya equipaban una rueda fabricada en colaboración con Goodyear, querían ir un paso más allá y buscaban el Santo Grial de los neumáticos.
Así nació el programa para crear una rueda super elástica cuyo compuesto era básicamente níquel y titanio: el NiTinol. Tiene memoria: a medida que se avanza con ella, recupera la forma inicial, evitando los daños y pinchazos ya que no tiene aire. Aprovechando el tirón del material, la empresa The Smart Tire Company entró en el programa de la NASA y creó la rueda METL (Martensite Elasticized Tubular Loading).
La presentaron oficialmente en el CES 2023 y es prácticamente indestructible. Destaca porque no se pincha ni se desgasta, no necesita de aire y es igual de elástica que el caucho, con la diferencia de que es tan fuerte como el titanio y tan maleable y dúctil como el níquel.
Sobre esta llanta y material irá una especie de banda de rodadura de goma que es la que mejorará el agarre de la rueda al suelo. Este será el único material que en teoría se desgastaría y necesitaría ser reemplazado cada cierto tiempo, como en un neumático normal. La diferencia es que es mucho más barato de reemplazar.
Ahora viene la mejor parte: la empresa va a empezar a comercializar la llanta ya mismo bajo un precio de unos 140 euros por unidad para bicicletas. Ya tienen una importante lista de espera para recibirlos, y el siguiente paso a la comercialización masiva será que lleguen a los ciclomotores y coches eléctricos.
Con la llegada de este invento, la llanta y la rueda pasarían a ser un componente fijo de la bicicleta, coche, moto o ciclomotor que no necesitaría ser reemplazado nunca, a excepción de la banda de rodadura de la que hablamos. Eso supone un importante ahorro en el caso de un coche, donde hay que cambiar los neumáticos cada 40.000 o 50.000 kilómetros como norma general, o incluso 10.000 si es de mala calidad.
Eso supondría una importante puñalada a la industria del neumático, que tan importante es dentro del mundo del vehículo. Hablamos de uno de los mercados más poderosos del mundo, hasta el punto de que en la actualidad alcanzó un volumen de 2.268 millones de unidades en 2021 y se prevé que alcance los 2.665 millones de unidades en 2027, si llegan.
Una cifra que se podría ver truncada en el caso de que esta idea de la NASA llegue a los propietarios y a los vehículos oficialmente, no sin antes tener que pasar por mucha burocracia y trámites legales para poder adaptarlos en vehículos. Todos los neumáticos están sujetos a regulación: banda de rodadura, índice de capacidad... Solo el futuro dirá si sale adelante o no.