Las bicicletas eléctricas son una excelente alternativa para moverse por ciudades pequeñas, medianas o grandes. Es más barato, sostenible y son cómodas. Sin embargo, su uso ha proliferado tanto en ciertos lugares que también ya no son la alternativa, sino que se han convertido en un verdadero quebradero de cabeza.
Es el caso de Nueva York. Sí, tenemos claro que tienen muchas ventajas, pero que una gran ciudad quiera prohibir su paso y circulación es síntoma de que también existen algunos inconvenientes con ellas. Esto es lo que está pasando en la Gran Manzana neoyorquina.
13 muertes de un total de unas estimadas 65.000 bicicletas eléctricas
Los servicios de emergencias han registrado un preocupante caso de incendios y muertes a causa de este medio de transporte en Nueva York. A priori, el problema tiene un rápido resumen: no todas las bicicletas eléctricas son iguales.
El dato más preocupante se explica solo: hasta el día y en lo que vamos de año, se han registrado en Nueva York 13 muertes de un total de unas estimadas 65.000 bicicletas eléctricas, según el Daily News.
El otro problema está relacionado con los accidentes. Muchos jóvenes han tomado la iniciativa de las bicis eléctricas y hasta el New York Times avisa del “aumento preocupante de las muertes de jóvenes en bicicleta eléctrica”.
Culpan concretamente a la laxa regulación y a las “fáciles modificaciones” que permiten trucarla para ir mucho más rápido, hasta 88 km/h, señalan.
Un medio de transporte económico, que avanza más rápidos que los vehículos que se quedan atrapados en los grandes atascos, y que cada vez más personas con salarios bajos utilizan para moverse rápida y económicamente (como los repartidores, por ejemplo).
Retomando la idea inicial, las bicicletas eléctricas de mayor calidad cumplen con las normativas de seguridad vigentes, especialmente aquellas que tienen que ver con la protección de las baterías. El problema es que muchas otras no, como las baratas, y por eso se siguen sucediendo este tipo de accidentes, y de ahí la persistencia por la prohibición.
Son una alternativa que requiere desembolsar menos dinero, sin importar la marca. El problema es que no son seguras porque no cumplen con la normativa, y aun así se venden en muchos lugares.
Es evidente que una batería mal fabricada puede tener consecuencias nefastas. No te lo decimos, te lo enseñamos; con el siguiente vídeo te quedarás con la copla.
Por eso la ciudad prohibió a principios de año la venta de bicicletas eléctricas que no cumplan con la certificación. El problema es que se siguen vendiendo a través de internet o fuera de la ciudad, por lo que puede tener cierta eficacia a corto plazo, pero quien quera salirse con la suya lo terminará haciendo igual.
¿Qué tiene que ver esto con nosotros? Además del hecho noticioso, que cada cual tome sus propias conclusiones, pero quien compra este tipo de máquinas sin la debida homologación entra en una lotería que puede acabar muy mal.