La innovación es lo que mueve a cualquier industria. Ya lo sabe bien el mundo de la moto, sin ir más lejos, con las últimas transmisiones que van llegando poco a poco. De la mano de la tecnología van llegando novedades que pensaríamos imposibles hace tan solo unos años; incluso ahora. Por ejemplo, frenos inalámbricos.
Una conocida marca japonesa acaba de patentar unos frenos electrónicos inalámbricos para bicicletas, y podrían ser el futuro de las motos. En realidad, todo es mucho más fácil de lo que pensamos, pues solo tienen que adaptar una tecnología que ya existe.
¿Puede llegar el freno inalámbrico a las motos? Puede
En el mundo de la bicicleta es muy común que las más topes de gama incluyan ya un cambio inalámbrico, como el DI2 que Shimano tiene en su catálogo. Pues basándose en la misma tecnología, la firma japonesa ha ideado unos frenos inalámbricos que buscan decir adiós a los cables de freno y las mangueras hidráulicas.
Shimano quiere hacer realidad esta tecnología, y para los más escépticos, han pensado en tres diseños: un sistema híbrido eléctrico-hidráulico, un sistema híbrido mecánico-eléctrico y un sistema totalmente eléctrico. Lo ha hecho a través de tres patentes bien diferenciadas.
Lo de escépticos va por lo de aquellos que piensen que, si por un casual la batería de los frenos se agota, piñazo asegurado. Y más o menos es así. Por eso Shimano ha patentado tres ideas.
Los dos primeros cuentan con mecanismos de seguridad, de tal manera que si se agota la batería, los frenos siguen teniendo una conexión mecánica entre la palanca de freno y los frenos.
Pero el tercer y último sistema, el totalmente eléctrico, es el mas sorprendente. Principalmente porque no hay ninguna conexión física, ni siquiera un cable. No hay nada. Y eso puede ser un serio problema de confianza.
Lo que veremos en un futuro muy cercano es algo similar al cambio inalámbrico que ya existe. Al presionar un botón en las manetas de cambio, se envía una señal electrónica a los desviadores delanteros y traseros, que ajustan la posición de la cadena de manera casi instantánea. Alimentado por una batería recargable, este sistema asegura un funcionamiento constante y fiable, ofreciendo una personalización avanzada a través de una aplicación móvil.
Pero en una moto donde las velocidades llegan a los más de 200 km/h (nunca en carretera), confiarlo todo a un sistema inalámbrico puede generar desconfianza. Pero, ¿no se utiliza ya el 'ride-by-wire', el acelerador bajo el mismo sistema de actuadores y una ECU? Las tecnologías avanzan, y las motos se podrían beneficiar de ello.