Podríamos pensar que quien tenga una moto eléctrica tiene el mismo derecho que alguien con una de combustión a entrar en circuito... O no. Al menos no es lo que piensa la directiva del circuito de Anglesey, en Gales.
Han prohibido el acceso a vehículos eléctricos o híbridos en todo el circuito, ya sean de dos, cuatro, ocho o veinticuatro ruedas. Una curiosa medida que ha abierto el debate, pero que se cierra muy rápido porque un circuito no deja de ser una propiedad privada, en gran parte de los casos.
¿Justo o injusto?
Hay muchos circuitos a lo largo y ancho del mundo, pero esta es probablemente la primera vez que escuchamos que uno de ellos prohíbe el acceso a vehículos eléctricos o híbridos a sus instalaciones. Sus dueños solo quieren motos y coches de gasolina, y si no, no pasas.
Así lo hicieron saber los propietarios del trazado a través de un anuncio en el que decían que "el circuito de Anglesey ya no aceptará coches eléctricos en los días de pista, ya sean híbridos o eléctricos puros". Tampoco daban ninguna justificación más al respecto.
Aunque en un principio no parecía referirse a motos, un organizador de tandas moteras confirmó que también incluía motos eléctricas. Y en su nota aclaratoria sacaban a relucir su orgullo petrolhead.
"Un punto que quiero aclarar, las motos eléctricas ni las híbridas están permitidos en el Circuito de Anglesey, aunque sólo hemos tenido un puñado de motos eléctricas / híbridas reservando un trackday, sólo la buena combustión interna y el espíritu del petróleo es lo que se busca", decían en su nota.
Otras publicaciones señalan que el motivo también podría estar relacionado con la seguridad. Visordown señala, por ejemplo, que "los incendios de baterías pueden ser extremadamente difíciles de apagar", y que eso podría "ser un poco preocupante para los propietarios de circuitos y los organizadores del track day".
¿Es justo o injusto? El debate está abierto. Si bien no es tan común ver motos eléctricas o híbridas rodando en un trackday y en pista, también tienen su derecho. Pero al mismo tiempo, los dueños de circuitos pagados con capital privado también tienen el derecho a restringir el acceso y estipular el derecho de admisión.