Si hace un par de días hablábamos sobre que las etiquetas medioambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT) también van a aplicarse a las motocicletas y ciclomotores aunque de manera voluntaria, la noticia se ha tornado bastante trágica poco después.
El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado que aquellas motocicletas que no cuenten con el distintivo medioambiental no podrán circular por la Ciudad Condal a partir del próximo mes de diciembre, sumando así las motos y ciclomotores de combustión menos limpias a las restricciones de circulación que ya se venían aplicando con anterioridad.
Las motos más contaminantes no podrán circular por las Zonas de Bajas Emisiones
Los episodios de alta contaminación están asediando a los consistorios de las grandes ciudades cada vez más preocupados por la calidad del aire que respiran sus ciudadanos. Estas nuevas etiquetas servirán a las autoridades locales como la de Barcelona a poder identificar rápidamente a aquellas motocicletas y ciclomotores menos respetuosos con el medio ambiente e impidiendo que puedan circular cuando los niveles de contaminación superan los límites permitidos. Las categorías son las siguientes:
- Cero: Categoría para motocicletas eléctricas, BEV, REEV, y PHEV (híbridos enchufables con autonomía eléctrica superior a 40 km).
- Eco: Eléctricas con auntonomía inferior a 40 km.
- C: Motocicletas homologadas bajo las normativas Euro 4 y Euro 3.
- B: Motocicletas homologadas bajo la normativa Euro 2.
El área de aplicación de esta nueva medida serán las Zonas de Bajas Emisiones de Barcelona en las que los coches y furgonetas sin el distintivo de la DGT ya no pueden entrar cuando se acumulan altos niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂). Durante los escenarios de restricción, las motos anteriores a la normativa Euro2 no podrán pisar estas zonas limpias durante los días laborables entre las siete de la mañana y las ocho de la tarde.
Lo grave de la cuestión es que el número de motocicletas afectadas según vimos en los números facilitados por la propia DGT ascendería a un 45% de todo el parque de motocicletas y ciclomotores de España y un 40% de los vehículos de dos ruedas que circulan por Barcelona.
La colocación de la pegatina identificativa como perteneciente a las categorías Cero, Eco, B o C sigue siendo voluntaria. Esto quiere decir que si bien no tenemos por qué pegarla en nuestra moto con el correspondiente impacto estético que supone, podremos seguir circulando por las áreas restringidas pero con el riesgo de poder ser parados por las autoridades para comprobar que nuestra moto o ciclomotor pertenece a estas categorías.
Esta medida choca frontalmente con la gran aceptación que las motos estaban teniendo en Barcelona como solución a los problemas de movilidad. Según el Informe de Movilidad de 2016, los desplazamientos en moto dentro de la urbe suponen un 48,8% y un 14,7% de los desplazamientos de o hacia otras poblaciones aledañas.
Para saber qué pegatina le corresponde a nuestra motocicleta o ciclomotor basta con entrar en esta página web de la DGT e introducir la matrícula. Si no te ha llegado la pegatina y quieres irte haciendo con una basta con solicitarla en una oficina de Correos por un precio de 5 euros.
ANESDOR llama a la correcta interpretación de las etiquetas
Poco después de salir a la luz la iniciativa de la DGT, la Asociación Nacional de Empresas del Sector Dos Ruedas (ANESDOR) valoraba positivamente la implementación de estos nuevos distintivos, pero con salvedades.
Para empezar, la aplicación de las mismas cuatro categorías (Cero, Eco, C y B), pese a ser las mismas que se utilizan para los automóviles no tienen nada que ver con las motocicletas y ciclomotores. Las normativas de emisiones que regulan a cada tipo de vehículos son diferentes y por ejemplo un coche diésel Euro 6 y una motocicleta Euro 4, pese a pertenecer ambos a la categoría C, no emiten la misma cantidad de contaminación.
ANESDOR señala además que las motocicletas tardan entre un 50 y un 70% menos en realizar el mismo desplazamiento urbano que un coche, contaminando en menor medida y durante menos tiempo, además de pasar menos tiempo detenido y ocupando espacio tanto en las vías de circulación como en los aparcamientos de la ciudad.
Por ello ANESDOR apela "a las distintas administraciones a que realicen una correcta interpretación de las etiquetas para los distintos vehículos, cuando por ejemplo apliquen los Protocolos de Alta Contaminación o las restricciones al tráfico pertinentes, teniendo en cuenta que la etiquetas no son equivalentes entre sí".