Cada período de renovación de las normativas anticontaminación estas se vuelven más estrictas y más restrictivas. Las limitaciones acorralan a muchos fabricantes, que se ven obligados a retirar modelos tan míticos como la Yamaha R1. Y la cosa va a peor.
En 2025 entrará en vigor una nueva normativa de la Unión Europea que implicará que las motos nuevas pasen por normas de ruido mucho más estrictas para poder venderse. Eso, a sumar a la Euro 5+, que ya será de por sí mucho más restrictiva.
Europa quiere motos todavía menos ruidosas. Y 2025 será
Reglamento UN-ECE R41.05. Así se llama la norma que obligará a que las motos comercializadas en Europa hagan mucho menos ruidos en las calles a partir del año que viene. Entra en vigor para entonces, y los fabricantes se tienen que poner las pilas si quieren pasarla para poder vender motos.
La aprobación de este reglamento no significa automáticamente que los umbrales hayan cambiado o que deban ser más silenciosas que antes por norma, sino que las pruebas y condiciones son mucho más estrictas y de mayor alcance que antes.
El objetivo es ruido de las motos cuando aceleran, tanto en la ciudad como en áreas rurales, lo cual es una novedad. Estas últimas son completamente nuevas, pero las otras no, pues ya se habían introducido en las ASEP ("Disposiciones adicionales sobre emisiones sonoras"), que entraron en juego en 2016 y que abarcaban aproximadamente el 80% de las nuevas regulaciones europeas para motocicletas.
Sin embargo, van a ser modificadas en enero de 2025. Hasta ahora, la normativa exigían que las motos rodando con el motor apagado a 50 km/h fueran casi tan silenciosas como cuando iban a la misma velocidad con el motor encendido.
Evidentemente, no es lo mismo. Y eso ofrecía a los fabricantes rienda suelta para ajustar mecánicamente las motos para que pasaran la prueba sin problemas.
En 2025 se acabó este pequeño chollo. Para soportar el nuevo reglamento, las pruebas de 2025 medirán el ruido de las motos hasta el 80% de su velocidad máxima del motor y en un rango de velocidad de 10 a 100 km/h. No solo eso, sino que las pruebas medirán el ruido del escape en todas y cada una de las marchas, cosa que hasta ahora no sucedía.
En consecuencia, no se reducirán los umbrales, pero sí aumentarán las pruebas, y ya no habrá tanta mano ancha con el ruido. Es decir, tendrán cuatro veces más mediciones tomadas y a más velocidad y en marchas mayores que antes, lo que obligará a reducir el ruido.