Yamaha Motor ha anunciado la revisión en profundidad de sus planes medioambientales de cara al futuro con un objetivo claro: neutralizar el carbono en todas sus actividades comerciales, incluyendo el ciclo de vida de sus productos. Para ello, se ha comprometido a promover el uso de la movilidad personal con bajas emisiones utilizando fuentes de energía eficientes o con bajas emisiones de CO2.
Esta revisión de su Plan Medioambiental 2050, formulado por primera vez en 2018, ha establecido una reducción de la huella del carbono del 50% de cara al año 2030 y hasta del 54% para el 2035. No obstante, la empresa nipona formulará planes a medio plazo en los que avanzar iniciativas y actividades que le lleven a cumplir estos objetivos.
Desarrollo de nuevas tecnologías para contribuir al objetivo
Viendo la situación del mercado, donde todo apunta que vamos hacia un futuro eléctrico en el que se reduzca de manera considerable el impacto medioambiental, no es de extrañar que los de Yamaha estén buscando alternativas para sus productos. Para comenzar a construir este largo camino, los de Iwata han ido adaptando toda su gama a la normativa Euro 5 que entró en vigor en 2020.
La Euro 5 ha supuesto una importante reducción de las emisiones respecto a la normativa anterior pero también ha significado la desaparición de modelos tan icónicos como la Yamaha YZF-R6 (que sólo podrá adquirirse en versión de circuito), la Yamaha FJR1300 o la Yamaha XT1200Z Super Ténéré.
Pero no todo son malas noticias dentro del grupo. Es verdad que han desaparecido modelos clásicos de la marca de los diapasones pero también hemos visto el nacimiento de algunos nuevos como la Yamaha R7 o la creación de un pequeño motor eléctrico capaz de generar 500 CV de potencia.
Una mecánica con mucho potencial que ha sido desarrollada desde cero por la empresa nipona y que ha supuesto una auténtica revolución en el mercado, ya que su diseño es de lo más compacto y ligero y tiene la peculiaridad de poder acoplarse en cualquier coche.
Otra novedad que ha sido presentada recientemente de forma conceptual y que busca el objetivo marcado por la empresa de reducir de forma considerable la contaminación es el Tritown, un pequeño patinete eléctrico de tres ruedas inclinables que utiliza la tecnología ‘LWM’ (Leaning Multi-Wheel) desarrollada por Yamaha. Para la marca, este vehículo no sustituiría a una moto o a un coche sino que se engloba en la ‘solución del último km’, es decir, la alternativa a caminar o ir en bici para aquellos que se desplazan diariamente por las grandes urbes.
Pero la estrategia no solo se ha centrado en el cambio o en la mejora de los motores. A lo largo de los años, los de Iwata han desarrollado diversas estrategias de responsabilidad social basadas en valores medioambientales tratando de conseguir un mundo más sostenible. Una de ellas es la plantación de árboles, tanto en Japón como en el resto del mundo, donde se busca contribuir de manera activa a la reducción contaminante.
Además de todo esto, han restringido el uso de sustancias químicas que necesiten un posterior tratamiento y han buscado obtener de forma ecológica materias primas para la fabricación de piezas, materiales y componentes.
Gracias a estas medidas Yamaha debería cumplir con el objetivo que se ha marcado. Un propósito que deberá llevar a rajatabla si para el 2050 pretende haber reducido la huella de carbono hasta en un 90% respecto a las medidas actuales y en el que estamos deseando saber cómo nos sorprenderá para seguir ofreciendo vehículos tan excitantes y variopintos como nos tiene acostumbrados.
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