De manera conjunta con la despedida a la mítica saga Suzuki GSX-R750, la Suzuki GSX-R1300 Hayabusa también nos ha dejado un profundo hueco en nuestros corazones de adictos a la gasolina. La que fue la moto de serie más rápida del mundo ha sido presa de la Euro 4, obligando a que deje de comercializarse de manera definitiva.
Pero una motocicleta tan icónica como la Hayabusa no iba a caer en el olvido. Durante los últimos meses hemos visto varias patentes registradas por Suzuki relacionadas con la que podría ser una nueva generación de la Busa. Una generación más equipada y potente que nunca pero al mismo tiempo más respetuosa con el entorno.
Un nuevo y enorme escape para recuperar a la Busa
Si la Euro 4 ha matado a la Hayabusa que conocíamos hasta ahora, la Euro 5 sería un escalón prácticamente imposible de superar. Las normativas anticontaminación tienen su cerco puesto en las partículas contaminantes, pero también y (aunque parezca mentira) de manera especialmente severa sobre la rumorosidad mecánica.
Hay cierto revuelo en la industria de las dos ruedas por saber que la próxima Euro 5 será mucho más exigente a nivel de emisiones sonoras con las motos. La contaminación se puede limitar añadiendo filtros y aditamentos que capturen las partículas (a cambio de recortar prestaciones), pero la rumorosidad mecánica intrínseca de un motor de explosión es mucho más difícil de aplacar.
Para mantener unas buenas cifras de prestaciones -unas cifras sorprendentes como debería tener una buena Hayabusa- en Hamamatsu estarían trabajando para crear un modelo que pudiera sortear la Euro 5 y valerse de la mejor tecnología japonesa para pegarte los ojos a la nuca en cada aceleración.
Por eso durante los últimos meses hemos visto patentes sobre un cambio semiautomático robotizado, una posible nueva distribución variable diseñada para la culata de la Suzuki GSX-R1000 y que podría aplicarse a la Hayabusa y, ahora, este nuevo esquema de escape.
A grandes rasgos se trata de un más de lo mismo. La línea de escape representada en la última patente filtrada muestra un 2-1-2, pero distinto a lo que conocíamos hasta ahora. En el primer tramo tenemos cuatro colectores independientes que se unen en una gran petaca situada en la quilla donde se alojaría un catalizador. A partir de ahí vienen las novedades.
Desde la panza se dividen dos colectores que acaban en dos masivos silenciosos de corte poligonal similares a los de la actual GSX-R1000 y justo antes de ellos aparece un diseño asimétrico que hasta ahora no habíamos visto.
En el colector del lado izquierdo todo parece normal, mientras que en el lado derecho nos encontramos con un tubo de sección notablemente más ancha para favorecer la salida de gases de escape y que en su tramo inicial cuenta con una válvula de escape.
Esta válvula estaría situada en el escape del lado derecho para permanecer cerrada a bajas revoluciones o en fases de carga de acelerador leve, provocando una rumorosidad mucho más baja. A la hora de enroscar el puño derecho y girar a altas revoluciones esta válvula se abriría para dejar escapar sin restricciones toda la ira generada por el motor de cuatro cilindros.
¿Quiere decir esto que habrá una nueva Suzuki Hayabusa? No necesariamente. Sabemos que en Hamamatsu están pantentando algunas ideas que podrían, o no, trasladar a una moto de producción. Este procedimiento industrial es una manera de proteger sus creaciones y evitar que la competencia las use, pero al menos nos dan alas para soñar con que en 2020 (o 2021 quizá) podríamos ver de vuelta a la todopoderosa Hayabusa.