¿Por qué las mujeres conducen menos motos?
Tradicionalmente las mujeres siempre han tenido menos relación con el mundo de las motocicletas. Fue hacia los años '40 y '50 cuando las mujeres comenzaron a conducir motos pero normalmente de manera puntual. Por su mayor accesibilidad, los scooter fueron los vehículos elegidos para la incorporación de la mujer al mundo de las dos ruedas pero, aun así, ver a una mujer a los mandos era algo casi anecdótico hasta la segunda mitad del siglo XX.
La norma general ha relegado históricamente a las mujeres a ocupar el asiento del copiloto, a ser meras acompañantes de los hombres en sus rutas, y aunque es algo que está cambiando, las mujeres siguen siendo un rara avis entre los motoristas. Pero ¿por qué ocurre esto?
Convalidación, carnet A2, modelos para todos y el boom de las mujeres en moto
Como medio de transporte urbano, las motocicletas son una solución a los atascos en las grandes ciudades. Especialmente desde la convalidación del carnet B más tres años de experiencia con el A1 las mujeres (y hombres) que hasta ahora sólo podían conducir un coche de pronto podían acceder a llevar una motocicleta de hasta 125 centímetros cúbicos, reduciendo sus gastos mensuales y el tiempo diario invertido en desplazamientos.
La no obligatoriedad de sacarse otro carnet para llevar una moto de verdad desde el año 2004 ha atraído a un buen número de usuarias hacia las motos, aunque sólo sea para sus trayectos cotidianos. En el caso de Raquel Rodríguez, viviendo en el centro de Madrid y trabajando en varios puntos del centro de la capital, la mayor movilidad de su scooter de 125 cc le ha servido para reducir notablemente el tiempo que gasta en moverse por la capital.
Aún son pocas las mujeres que disfrutan del motociclismo, pero las que lo hacen son muy cañeras
Aun así, se sigue considerando a las motocicletas un vehículo poco práctico, peligroso y complicado. El ejemplo de Rodríguez es muy ilustrativo. Siempre quiso tener una moto, pero sus padres no la dejaron por ser algo peligroso para una mujer. Paradójicamente tuvo que esperar hasta que a su hermano, seis años menor, le compraron una segunda moto para heredar ella su primer ciclomotor.
A la mujer desde su infancia se la tiende a envolver en un sobreproteccionismo desajustado a la realidad con afirmaciones como "no vas a poder" o "es peligroso", preparando sin saberlo a su mente para una percepción errónea de imposibilidad.
María Barbero además de piloto y primera campeona de la Copa de España de Velocidad Femenina es comercial de BMW Motorrad, en su cartera sólo un 3% de los clientes son del género femenino. Ella lo tiene claro, no hay diferenciación posible y en caso de ser peligroso lo es por igual para hombre como para mujeres, sin distinción. Lo para Barbero sí supone una barrera de entrada al mundo de las motos es la envergadura, peso y potencia de las motos o, sobre todo, la ausencia de un entorno favorable hacia esta afición.
Las motos son "demasiado peligrosas" para las mujeres
"A las mujeres de pequeñas se les da un carrito y un muñeco y a los niños una motito. La realidad es que encima de una moto con el casco puesto todos somos iguales y podemos hacer las mismas cosas. El problema es que no nos enseñan", afirma Alicia Sornosa (viajera incansable, la primera hispanohablante en dar la vuelta al mundo en moto, periodista y novelista con su recién estrenada "360 grados").
Un factor a tener cuenta también en la ausencia de mujeres motoristas es el desinterés hacia el motociclismo, aunque es un punto estrechamente ligado con el juego de roles niño/niña. Igual que los hombres, las mujeres pueden decidir libremente qué aficiones les gustan y cuáles no, pero es complicado que se apasionen por algo como el motociclismo cuando desde su infancia se les infunde cierto temor o dificultad que puede, o no, ajustarse a sus aptitudes.
Según Alicia Sornosa, el principal problema para el acceso de una mujer al mundo de las dos ruedas no es fisiológico, sino de percepción social. "El mundo de la moto es un tanto machista. La sociedad que nos rodea siempre ha enfocado a la mujer hacia un papel doméstico cuidando de la casa y de los niños, y no ha sido hasta el siglo XXI cuando la mentalidad ha cambiado notablemente, la mujer ha empezado a disfrutar de su ocio en general y de montar en moto en particular", comenta la viajera y escritora.
Por el contrario, como ocurre en ocasiones como la de Sandra Gómez Cantero (Campeona del Mundo de SuperEnduro), nacer en una familia de aficionados o pilotos derriba buena parte de los muros psicológicos que apartarían a una niña de una afición profundamente gratificante. Es también el caso de Judith Florensa, expiloto, periodista especializada para Solo Moto y comentarista del Campeonato del Mundo de Superbikes en Televisión Española.
Las marcas de motos y de equipamiento cada vez se vuelcan más en ofrecer productos específicos para las mujeres, un mercado cada vez más amplio
"Mi padre corría en Enduro, y mi hermano empezó a competir desde los 4 años… Mi destino era acabar odiando o amando el mundillo, y al final fue lo segundo", afirma Florensa. A esto, Judith añade que el hecho de que haya pocas chicas ya forma una primera criba porque "sin querer piensas que no es algo para nosotras. Y ya no en competición, sino simplemente para ir en moto como medio de transporte".
Por suerte para ella pudo desarrollar su afición y convertirla en su profesión, aunque en lo que sí está de acuerdo Florensa es en que para ser usuaria de una motocicleta hay que dejar a un lado temas estéticos como peinados o maquillajes elaborados y cierto tipo de vestimenta (faldas y vestidos) o calzado (tacones), pero la ingente cantidad de ventajas como la facilidad de aparcamiento y el ahorro en combustible compensa sobremanera a cada vez más mujeres el aspecto más superficial de la movilidad sobre dos ruedas.
El mercado femenino, un filón para las marcas
Aproximadamente ha sido a partir de 2012 cuando se ha desatado el boom de las mujeres en moto gracias a la tendencia dentro de nuevos sub-segmentos en el mercado hacia unas monturas cada vez más ligeras y manejables. Con motos que ahora ya sí que son para todos los públicos, las mujeres se han sentido más confiadas a la hora de montar en ellas y afrontar viajes, dejando a un lado las grandes maxi-trail.
Hasta hace relativamente poco, a las mujeres motoristas que veíamos sobre dos ruedas eran principalmente de tres tipos: scooter, custom o deportivas. Judith Florensa, desde su punto de vista profesional, también nos señala este cambio de tendencia en los fabricantes, enfocándose cada vez más hacia un público más próximo al de las féminas.
"Cada vez son más las mujeres que deciden lanzarse al mundo de las motos, especialmente con edades entre 30 y 45 años" subraya María Barbero, quien ahonda además en el esfuerzo de las marcas para meterse en un mercado con mucho auge a base de modelos A2 y de tamaño más contenido.
Precisamente, a nivel económico, el desarrollo de productos específicamente desarrollados para mujeres se está convirtiendo en la nueva fiebre del oro, tanto para los fabricantes de motocicletas como para las marcas de equipamiento. El público femenino prácticamente se había ignorado hasta ahora y las líneas de equipamiento destinado únicamente para mujeres como la Stella de Alpinestars se están convirtiendo en una apuesta ganadora.
Las mujeres en el mundial de motociclismo y la barrera del sexo
En el masculinizado paddock del mundial cada vez es más habitual encontrar a féminas en los boxes
Deportivamente, el motociclismo también es un entorno tradicionalmente masculino donde las mujeres piloto son algo casi circunstancial. Actualmente, tras la salida de Ana Carrasco, María Herrera es la única representante femenina en el Campeonato del Mundo de Moto3. Antes de ellas, otras mujeres como Elena Rosell, Beryl Swain (IOMTT 50 cc - 1962), Gina Bovaird (500 cc GP - 1982), Igne Arends (50 cc GP - 1983, 80 cc GP - 1984), Taru Rinne (125 cc GP - 1987-1990), Tomoko Igata (125 cc GP - 1992-1995), Katja Poensgen (250 cc GP - 2001-2003) han intentado codearse con la élite de las dos ruedas.
Herrera era la que mejores maneras apuntaba (y apunta), de hecho es la única mujer capaz de ganar en el CEV Repsol. Lo hizo en la carrera de MotorLand Aragón de 2013, imponiéndose a pilotos de la talla de Alejandro Medina, Marcos Ramírez o Jorge Navarro, un triunfo que repetiría en dos ocasiones más y que le llevó al mundial de Moto3 con el Team Calvo, pero su continuidad en el campeonato sólo se ha mantenido gracias al apoyo de Karlos Arguiñano.
Pese a no haber logrado resultados deslumbrantes dentro del mundial, Herrera está ahí, demostrando que cualquier mujer puede codearse con la élite mundial del motociclismo sin ningún tipo de complejo.
Aunque la imagen de la mujer como pieza débil de la sociedad relegada a un papel familiar o poco vinculado con las actividades de riesgo tampoco faltó en el paddock. En efecto, el motociclismo es un deporte arriesgado, pero mantener al margen a las mujeres por el hecho de ser mujeres es diferente a que no logren los objetivos necesarios deportivamente hablando.
Dentro del circo de MotoGP, una figura ilustre del paddock como Sito Pons llegó a afirmar tras la sustitución de Julito Simón por Elena Rosell que "utilizando una actitud sexista, se ha traído a una piloto por el hecho de ser una chica para sacar el mayor rendimiento publicitario. (...) Elena es víctima de una maniobra comercial. Ella, como piloto, nunca rechazaría una oportunidad así, pero la operación del equipo no es aceptable. Es utilizada en pro de un objetivo que no va en beneficio de su desarrollo como deportista, poniéndola en una situación difícil y arriesgada".
Anteriormente a esto, el malogrado Marco Simoncelli también se forjó cierta tirria entre los aficionados al decir que "chicas, motores y amistad son la sal de la vida, pero las mujeres que compiten en la pista me tocan las pelotas, esto es un deporte para hombres". A esta afirmación añadió que "de pequeño corría en minimotos y había chicas, pero ninguna iba deprisa. Deberían practicar otro deporte".
Por suerte, en los garajes de los mejores equipos del mundo empezamos a ver cómo hay mujeres que se hacen hueco en roles que hasta hace bien poco tampoco eran habituales, como el de telemétricas, responsables de comunicación, preparadoras físicas, psicólogas deportivas... Pero todavía nos faltan mujeres piloto.
Para promover el papel de la mujer como deportista, la Real Federación Española de Motociclismo lanzó en 2014 la Copa de España de Velocidad Femenina, un campeonato independiente enfocado a acercar el mundo de la competición a las mujeres. El éxito del formato ha llevado a que de las cuatro participantes de 2014 se haya pasado a más de 15 en 2016.
La contrapartida en este tipo de competiciones es que se queda sólo en un paso intermedio: aproxima las carreras a las mujeres, pero sigue segregando por sexo. Mientras que Alicia Sornosa cree que las mejores pilotos deberían pasar a correr en categorías mixtas, María Barbero, como participante en la Copa de Velocidad Femenina de la RFME opina que las diferencias entre hombres y mujeres son suficientemente determinantes como para competir de manera separada.
¿Las diferencias fisiológicas son determinantes?
Pese a que se ha esgrimido el argumento durante largos años, las diferencias fisiológicas no tienen por qué ser una barrera insalvable para ninguna actividad, y lo mismo ocurre en el motociclismo. Ningún ser humano nace preparado para desarrollar un deporte de élite, todo depende del talento y del entrenamiento de cada deportista. Con matices.
Partiendo de que ambos sexos pueden realizar las mismas actividades, Barbero opina que "los cuerpos de la mujer y del hombre son tan diferentes que compararlos es un error". Igual que se hace en cualquier otro deporte, "las federaciones de motociclismo y las propias deportistas deberían organizarse para ser cada vez más y apoyarse. Tenemos que ser el referente para nuevas niñas que empiecen desde la cantera y logren los apoyos suficientes para llegar a la cima".
"Cuando sea algo habitual de lo que no se hable será que hemos conseguido normalizar la situación", Alicia Sornosa
Para ella, esa es la única manera de crear un deporte en el que las categorías de hombres y mujeres "tengan el mismo peso y el mismo reconocimiento como puede ocurrir en tenis, atletismo o natación, pudiendo conseguir así el apoyo de patrocinadores", algo fundamental para un deporte tan caro como es el de las motos y donde las mujeres apenas logran captar apoyos económicos aunque tengan buenos resultados.
Un ejemplo muy claro lo encontramos en Laia Sanz. La piloto oficial de KTM ha logrado acabar el pasado Dakar 2017 en 16ª posición, y con este van siete Dakar consecutivos los que logra terminar, la primera mujer en conseguirlo y algo de lo que sólo pueden presumir algunos hombres. Esta gesta se suma a los 18 títulos mundiales entre trial y enduro que decoran las vitrinas de su casa.
Laia, al igual que cualquier otra mujer, tiene dos brazos y dos piernas con los que manejar un moto. Lo mismo que cualquier otra mujer que quiera subirse a una moto, y es que la mayor barrera es la del "no puedo" autoinducido. Trabajo duro, esfuerzo y una actitud incansable son la única receta posible para el éxito de Laia Sanz.
Por desgracia, ni ser uno de los pilotos a nivel global más laureados de la historia es suficiente para que reciba el reconocimiento necesario. Algo que se contrapone al extremo con la opinión de Sornosa, a quien todavía tachan de loca por viajar en solitario. "Todavía es algo excepcional o remarcable el hecho de que una mujer decida tener una moto, cuando sea algo habitual de lo que no se hable será que hemos conseguido normalizar la situación. Aún nos queda mucho camino por recorrer".