Una vieja Norton 500 que cambió la historia del mundo. La moto con la que el Che Guevara recorrió América a 29 CV

Una vieja Norton 500 que cambió la historia del mundo. La moto con la que el Che Guevara recorrió América a 29 CV
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Quién le diría al destino que una vieja Norton 500 cambiaría el rumbo de la historia, o más bien parte de ella. Más bien fue el instrumento que provocó que la historia virase; para bien o para mal, eso no lo juzgamos. Porque aquella Norton 500 tenía nombre propio y conocido jinete: el Che Guevara.

"La Poderosa" fue la moto con la que el revolucionario Che Guevara inició un particular viaje que le llevó a recorrer todo América de cabo a rabo. Cumplidora, acabó sucumbiendo a las averías mecánicas tras un viaje de más de 12.000 kilómetros... Y probablemente sea la moto más poderosa del mundo.

Una moto de la Segunda Guerra Mundial y 29 CV

Che 1 2024

Hay figuras muy controvertidas en el mundo de la historia y la geopolítica. Una de ellas es claramente la del Che Guevara, tan querido como odiado. Amantes y detractores lo veneran o maldicen a partes iguales; pero eso no nos importa. Nos importa la historia de su moto, una vieja Norton 500.

Fue una de las motos más influyentes de la historia, probablemente. Con ella el Che despertó todo su espíritu revolucionario definitivamente. En realidad no era suya, sino de su amigo Alberto Granado, con quien el argentino inició una aventura que sería el inicio de un 'boom' de convicciones. Porque sin esa moto y sin ese viaje probablemente el Che no hubiese explotado de aquella manera.

La proposición de su colega era recorrer América de cabo a rabo a bordo de 'La Poderosa II'. Era una Norton 500 de 1939, una marca británica que por entonces era más popular (o al menos no tan exclusiva/minoritaria) que ahora. La marca forjó su reputación con resistentes motos militares para la Segunda Guerra Mundial.

Esta en concreto era una 459 cc de 29 CV que viajaba a 125 km/h y equipada hasta arriba. También era bastante incómoda, solo la parte ciclo habla por sí misma: suspensión delantera de paralelogramo y un rigidísimo chasis para sortear caminos de cabras.

Fue la arma con la que el Che y su colega partieron un de enero de 1952 y que les llevaría a recorrer 12.000 kilómetros y siete meses de viaje. Sobre esa moto fueron testigos de la penuria que acabó despertando el ardor guerrero y crítico de ambos. Sin embargo, la Norton les dejó tirados en Santiago de Chile siete meses y 12.000 kilómetros después.

No llegaron a culminar el recorrido deseado, al menos no con la moto, el viaje que les haría atravesar el desierto de Atacama, para luego viajar a Perú, Venezuela, e incluso recorrer Estados Unidos de costa a costa hasta culminar en San Francisco. Pero la Norton les dejó tirados más de medio año después; tuvieron que dejarla abandonada en Chile.

Che 2 2024

Aquella moto fue el germen de una historia que le sirvió a Guevara para despertar el ardor guerrero. A pesar de que su amigo Alberto era el encargado de las reparaciones, poco pudo hacer por salvar la maltrecha Norton, que ya les había incendiado a ambos corazón y cabeza. A cambio, siguieron el viaje como polizones sobre buques cargueros, hidroaviones y hasta camiones. Eso les llevó hasta Hugo Pece, un dirigente comunista peruano que influyó en el resto de la vida del Che.

Sobre aquella moto y viaje se llegó a filmar una película, 'Diario de motocicleta', además de las numerosas obras y hasta una obra firmada por el propio Ernesto. Sin aquella moto, quizá el rumbo de Sudamérica y el nuestro también habría sido diferente. Para bien o para mal.

El hijo del Che Guevara, también motero

El ardor motero también le llegó al hijo menor del guerrillero argentino-cubano. Ernesto, al que también llaman Che, puso en marcha en 2014 un proyecto de agencia de viajes llamada "La Poderosa" (como la moto de su padre) con la que hace tours en moto por toda Cuba, y lo hace siempre subido a una Harley-Davidson.

Su pasión por la moto le llevó a la industria del turismo. Entre algunos de los viajes que ofrece, por ejemplo, unos de seis o nueve días por toda Cuba, con precios que van desde los tres mil y casi seis mil dólares.

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