Lógicamente no seré yo quien se ponga a estas alturas a descubrir la pólvora, y si hacemos una comparación directa entre la Honda CB500F que estamos analizando y la Honda CBR500R que probamos la semana pasada, la segunda sale ligeramente favorecida.
Aunque seguramente, esas pequeñas diferencias serán las que seguramente en este terreno tan particular como son las largas tiradas por autopista, la auténtica vencedora sea la Honda CB500X en cuanto esté disponible en nuestro mercado ya que a una postura erguida y cómoda se aúna una mayor protección aerodinámica en la parte superior del cuerpo.
Honda CB500F, ¿hace una rutilla?
Pero de nuevo me remito a lo que siempre comento: salvo que te vayas a tirar larguísimas tiradas por autopista a velocidad máxima legal sostenida, algo para lo que la Honda CB500F no está hecha pero te permitirá hacer de vez en cuando, el cansancio nunca llega a ser excesivo.
Sobre todo si este viene acompañado de la buena ergonomía que demuestra, cuidando nuestras posaderas, rodillas y piernas; además de la espalda y zona lumbar, uno de los sitios que más se resienten en grandes kilometradas.
En cuanto al motor y parte de ciclo, al no haber variaciones nuestras sensaciones se confirman. El motor es suficientemente elástico para mantener la velocidad de crucero en sexta velocidad, reduciendo el consumo y la rumorosidad mecánica.
La agilidad sigue siendo una de sus mayores ventajas y en el caso concreto de la Honda CB500F, la ausencia de carenado le permite no sufrir tanto efecto vela cuando nos encontramos con viento lateral fuerte.
Honda CB500F, juraría ya haberme sentado aquí
Echemos por último un rápido vistazo a la zona del pasajero. Si os tapan toda la moto y sólo os dejan la zona del colín, no sabrías distinguir si es un modelo u otro ya que la Honda CB500F calca idénticamente las formas de su hermana.
En pocas palabras nos encontramos con un asiento diferenciado del que tiene el conductor, un poco más alto y que cuenta con una pequeña joroba en la parte superior, no sabría decir si para hacer de tope al piloto o para ayudar a mantener el cuerpo del pasajero.
Los estribos cuentas con gomas para reducir las pocas vibraciones que le puedan llegar y como mucho, notará cuando lleve el motor ya dentro de la zona roja del cuenta revoluciones. En cuanto a las asas, dos de generosas dimensiones, muy al estilo de la gama VFR y que quizás puede que estén un poco retrasadas, aunque esta es una apreciación particular mía.
Recordad que en caso de que llevéis pasajero de forma asidua y para permitir que la dinámica de la moto no se vea perjudicada en exceso, la suspensión trasera es regulable en precarga en nueve posiciones distintas.
Ahora, toca esperar un poco para que os desvelemos la sorpresa que también pudimos ver de cerca en el Circuito de Castellolí. Por cierto, me extraña que alguien no haya visto todavía nada raro en las fotos de la Honda CBR500R y de esta.
Continuará...
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