En el mundo de las dos ruedas hay pocas cosas más cotizadas que las motos extravagantes, raras, diferentes y de corta tirada. El ejemplo claro es el de las americanas Motus MSTR, unas máquinas de concepto sport-turismo que equipan un atípico motor V4 de 1.650 centímetros cúbicos en disposición longitudinal y una estética muy particular.
Pues bien, Fuller Moto ha decidido que había que convertir a esta extraña creación en algo aún más al estilo americano, han desprovisto de su extraño carenado al modelo original y lo han transformado en una streetfighter con muy mala leche. Y si no me crees, sube el volumen y dale al play.
Pasión americana por los motores en uve
Con el motor de serie y unos escapes 4-2 hechos a medida bramando por cada lado, el propulsor alcanza unas buenas cifras de 156 caballos y 155 Nm a la rueda. Interesante para un motor que, de origen, buscaba el placer de conducir y rutear por las inmensas carreteras estadounidenses. Brian Fuller no descarta proceder a retocar la mecánica más adelante.
Por fuera Fuller Moto ha decidido darle una personalidad bipolar al estilo de las Suter de Moto2, con el lateral derecho en blanco y el izquierdo en negro (en realidad es fibra de carbono vista), contrastando con los detalles en rojo y azul. Toda la carrocería se ha minimizado ahora a un faro de forma ovalada con un doble foco LED, mientras que en el colín han hecho una cosa que no acabamos de entender.
El chasis multitubular fabricado en acero se mantiene inalterado, pero lo que sí cambia son las suspensiones, recurriendo a material Öhlins de primera fila tanto para la horquilla invertida (sujeta por una tija triple mecanizada) como para el monoamortiguador trasero anclado al bascultante, también multitubular.
¿Precio? Se desconoce, pero conociendo los gustos del nuevo continente seguro que a muchos americanos les están quemando los billestes en el bolsillo.