Un Porsche de 500 CV y una Ducati Panigale V4 se pican en Nürburgring a casi 200 km/h y están a centímetros del desastre. La pifia es de uno

Un Porsche de 500 CV y una Ducati Panigale V4 se pican en Nürburgring a casi 200 km/h y están a centímetros del desastre. La pifia es de uno
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Nürburgring, ese lugar. Lo llaman el 'Infierno Verde' por algo, y no es en vano. Son muchos los aficionados a los coches y a las motos que van allí a rodar, no sin antes ser conscientes de a lo que se enfrentan cuando entran a rodar al trazado de 20 kilómetros de longitud.

Pues un motorista ha estado cerca de no contarlo. O de contarlo en la cama de un hospital. Son los riesgos que no todo el mundo te cuenta al entrar a Nürburgring con una moto, y eso que la culpa no es suya.

A centímetros del desastre sobre una Panigale V4

Hay que admitir que Nürburgring y su mítico Nordschleife es divertido, pero también peligroso. Es igual de divertido verlo desde la barrera que desde dentro del coche, porque YouTube está plagado de vídeos llenos de emoción... Y temeridades, muchas temeridades.

El de hoy es la prueba de que todo puede salir muy bien o muy mal en cuestión de segundos. En cuestión de un abrir y cerrar de ojos. Los protagonistas, en este caso, son un Porsche y una Ducati Panigale V4. Todo sucedió durante una de las sesiones llamadas Touristenfahrten, para turistas o aficionados.

Hay quienes se toman estas sesiones muy al pie de la letra; demasiado. Grabado desde la cámara 'on-board' del vehículo que les precede, el vídeo muestra a Erik conduciendo un Porsche 718 GT4 RS. Una auténtica bestia de 500 CV de potencia que se va abriendo paso entre el tráfico (lento para ellos) del circuito alemán.

Se echan encima de una Ducati Panigale V4 que no va rápido, pero tampoco lento. Sin llegar a aprovechar las bondades del V4 de 1.103 centímteros cúbicos, el conductor va ágil en la sección amplia y ondulada de la parte trasera del circuito... Él no se ha dado cuenta de que le preceden otros dos Porsche.

En un momento determinado, el Porsche aprovecha todo el par motor y se anima a adelantar a la moto en una zona en la que no debería. Erik, que parece impacientarse detrás del motociclista, se lanza por el exterior de una rápida curva a la derecha, olvidando que una vez que la moto ha tocado el vértice. En ese momento van a 180 kilómteros por hora.

El accidente está a punto de pasar, pero no, ya que el piloto del coche se mete en la gravilla, y no se tocan por cuestión de centímetros. Aunque nadie quedó herido en el incidente, a esa velocidad y con un coche detrás, la cosa podría haber acabado mucho peor.

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