Algunos cuerpos de seguridad, especialmente en Estados Unidos, son bastante aficionados a dar lecciones de autoridad. Este es el ejemplo de lo que un día fue una Honda CBR600RR 2007 que por desgracia un día cayó en manos de un dueño con pocas luces y ha terminado hecha trocitos de plástico, metal y goma sobre el suelo de un desguace.
Esta pobre y inocente Honda fue una de las cientos de motocicletas asistentes a la concentración Kill Da Streetz 2017 que tuvo lugar en Denver (Colorado). Allí, además de reunirse, los motoristas colapsaron el tráfico a su paso en la Interestatal 25 y en varias zonas de la ciudad americana, donde aprovecharon también para hacer alguna muestra de sus "habilidades" en la vía pública.
Como resultado y según las autoridades "crearon un serio e innecesario peligro al bloquear las carreteras". De entre todos los asistentes, el propietario de esta CBR fue identificado por la policía mediante imágenes de vídeo y fotografías, localizado y está a la espera de juicio por cargos de conducción temeraria y contra la seguridad pública.
Mientras llega la hora del juicio, su Honda CBR600RR fue incautada para posteriormente ser destruida. "El objetivo principal de la destrucción de esta motocicleta es que no vuelva a ser usada contra la seguridad de los ciudadanos", afirmaba el jefe de policía Robert White, y concluía aseverando que "queremos mandar un mensaje claro sobre estos comportamientos peligrosos, como carreras en carreteras abiertas al tráfico o exhibiciones innecesarias de velocidad en autopista".
La cuestión es, ¿qué culpa tiene la Honda? Confiemos que ahora esté en un lugar mejor. Un minuto de silencio por ella.
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