Hace un caballito en pleno paso de cebra, y quien le para no es la policía. Es peor: su madre, y casi la atropella

Hace un caballito en pleno paso de cebra, y quien le para no es la policía. Es peor: su madre, y casi la atropella
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Hay situaciones de auténtico surrealismo. Porque ser chaval e ir en moto puede tener muchos peligros intrínsecos, pero hay uno muy grande, y no es que te pille la policía haciendo el ganso; es que te pille tu madre. Entonces sí que se acabó el chollo de la moto.

Es lo que le ha pasado a un chaval. Su mejor idea fue ponerse a hacer un caballito con la moto en pleno paso de cebra. Y quien le da el alto no es la policía; es su madre, muy cabreada por cierto. El vídeo no tiene desperdicio.

La peor multa: quedarte sin moto

El chaval, cámara en casco, graba toda la acción en su flamante moto de cross con la que circula por la ciudad (haciendo mucho ruido, por cierto). En un paso de cebra, su mejor idea es levantar la moto y hacer un caballito. El destino quiso que fuese su madre quien estuviese a punto de pasar por él. Pillado por la verdadera ley.

Inmediata intercepta a su hijo en moto. "No, mi madre. Mi madre está aquí", dice, inmediatamente arrepentido. "¡¿Pero estás loco?!", le replica su progenitora, que se acerca a él visiblemente enfadada. Mucho. "Estaba intentando hacer un caballito", le responde.

La ira de la madre es épica: "Estás loco de la cabeza. Solo un idiota podría hacer algo así", le dice a su hijo, que parece tomárselo a broma, entre risas. El caso es que ya debía tener más multas, porque su madre le dice que "si no te parecen suficientes todas las que tienes".

¿La reprimenda? "Dame los papeles de la moto. No me importa. Dame los papeles ahora", le insiste. El chaval se lo toma a broma, pero la madre no encuentra la llave. Acaba con la llave para abrir el depósito de gasolina y se marcha con las mismas.

"Hablaré con tu padre, que te he pillado. No eres suficientemente maduro como para ir en moto", remata. Lo cierto es que esta frase lapidaria bien podría ser una lección para todos nuestros jóvenes lectores moteros. Juventud y moto son compatibles; aunque con las hormonas revolucionadas más vale tener dos ojos antes de tener un disgusto.

Porque hay otro hecho aislado aquí: se puso a hacer un caballito en un paso de cebra. Y pudo parar. Pero, ¿y si no? Hubiese arrollado a su propia madre, o cualquier otra persona con la moto en la ciudad. A veces no está de más recordarlo: siempre hay que tener cabeza encima de una máquina.

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